Londres, 14 oct. El primer ministro británico, Keir Starmer, afirmó hoy que confía de manera plena en su asesor de seguridad nacional, Jonathan Powell, cuyo despido se especula en medios locales por un caso de espionaje.
Jonathan Powell realiza un trabajo excelente. Por supuesto, tengo completa fe en él, declaró el mandatario a la cadena Sky News.
Su respaldo surge en medio de crecientes cuestionamientos.
Medios locales divulgaron que el gobierno debate la salida de Powell, luego que la Fiscalía archivara una causa contra dos supuestos agentes al servicio de China.
El hecho se conoció el pasado 15 de septiembre.
Analistas consideran que la crisis evidencia tensiones internas y subrayan que el episodio debilita la posición del nuevo gabinete en materia de seguridad.
Christopher Cash, exfuncionario parlamentario, y Christopher Berry fueron acusados bajo la Ley de Secretos Oficiales de 1911.
Se les imputaba entregar información útil a una potencia extranjera entre diciembre de 2021 y febrero de 2023.
La fuente reveló que el caso se cerró cuando un alto funcionario se negó a calificar a China como “enemigo” en tribunales, al priorizar los vínculos comerciales con Beijing.
Por su parte, Starmer atribuyó el fracaso procesal a que la administración anterior no catalogó a China como amenaza en ese periodo y responsabilizó a los conservadores del error legal.
Portavoces del partido Conservador, en cambio, insinuaron que el archivo respondió a injerencia directa de miembros del gobierno o del propio Powell.
Esta controversia ocurre en un contexto de sensibilidad por la seguridad nacional y las relaciones con Beijing, un socio comercial clave para el Reino.
Observadores prevén que el impacto político persistirá.