El secretario de Defensa ha mantenido un enfoque hostil contra ciertos medios y en especial algunos reporteros, según NYT.
Desde que tomó posesión como secretario de Defensa, Pete Hegseth desató una guerra sin precedentes contra los medios desde el Pentágono, informa The New York Times, citando fuentes.
El enfoque adverso adoptado por el secretario concierne tanto a reporteros concretos como a la industria en su sentido más amplio, señala el medio.
Así, bajo su liderazgo, algunos medios han sido expulsados de los espacios de trabajo compartido, que han sido puestos a disposición de medios conservadores.
Asimismo, el Departamento ha limitado la autorización a los periodistas para circular por los pasillos del Pentágono. «En la última salva, está imponiendo una serie de restricciones que evidencian las causas para la revocación de las acreditaciones de prensa de los corresponsales», se precisa en el artículo.
NYT cita a algunos antiguos funcionarios del Pentágono, describiendo las iniciativas de Hegseth como indicativas de un conflicto entre el secretario y medios de comunicación «hasta un punto nunca visto en la era moderna».
Como presentador de Fox News antes de su nombramiento a finales de enero, Hegseth había tenido relaciones tensas con algunos de sus colegas, según fuentes al tanto del asunto. Entre tales casos se encuentra Jennifer Griffin, reportera de Fox News con gran experiencia laboral en la cobertura de políticas del Pentágono. La corresponsal ha sido objeto de declaraciones ácidas por parte del secretario en repetidas ocasiones.
Igual de adverso ha sido hacia Courtney Kube, corresponsal de NBC News sobre asuntos del Pentágono, quien suscribió coberturas sobre Hegseth en las que figuró información poco agradable de su pasado, incluidos ciertos testimonios de un familiar sobre la actitud abusiva de Hegseth hacia su segunda esposa. Esa información salió a la luz cuando el Senado sopesaba su candidatura para titular de la cartera de Defensa. Poco después de tomar posesión, Hegseth ordenó expulsar a la reportera del Pentágono, según tres fuentes de NYT, instrucción que quedó sin cumplir al carecer de fundamento jurídico.