Una de las detenidas relató que las jóvenes habrían sido asesinadas por robar cocaína.
Celeste Magalí González Guerrero, una de las detenidas por su presunta participación en el triple homicidio de Morena Verdi, Brenda del Castillo (ambas de 20 años) y Lara Gutiérrez (de 15), cuyos cuerpos fueron hallados enterrados en el patio de una casa en la ciudad argentina de Florencio Varela, reveló detalles escalofriantes del crimen, reseña la prensa local.
Según el testimonio que González Guerrero brindó el miércoles, «alguien le pagó un millón de dólares» a Tony Janzen Valverde Victoriano, alias ‘Pequeño J’, por asesinar a las chicas que habrían robado «30 kilos de cocaína» a Víctor Sotacuro Lázaro, alias ‘Duro’. No obstante, señaló la supuesta implicación en el robo de solo las dos jóvenes mayores. «Creo que la de 15 años no tenía nada que ver», afirmó.
La imputada relató que la noche del 19 de septiembre ‘Pequeño J’, arrestado en Perú, llegó a la casa de ella, donde vivía con su pareja, Miguel Ángel Villanueva Silva. Fue acompañado de ‘Duro’, que fue detenido en Bolivia, otro hombre desconocido y las tres chicas, que estaban «sonrientes». «Se las veía como engañadas, que venían a una fiesta», señaló.
Previo a eso, tres hombres, uno de ellos identificado como Matías Ozorio, habían cavado el pozo donde posteriormente se enterrarían los restos de las tres jóvenes, contó González Guerrero, que señaló que al salir de su casa notó la presencia de otros tres hombres que llevaban guantes de látex blancos.
Cuando se devolvió a la vivienda en la madrugada, le abrió la puerta su pareja. «Veo que tenía uno de sus dedos sangrando. Me explica que una de las chicas quiso salir corriendo como para escaparse y ante eso él agarró un destornillador que estaba a mano y un vidrio y la mató. Me dijo que la mató con el destornillador clavándoselo en el cuello y, como seguía viva, fue al fondo a buscar un fierro y se lo aplastó en la cara», manifestó la detenida.
Los cuerpos de las tres chicas fueron encontradas el 24 de septiembre. La autopsia demostró que las habían torturado y matado pocas horas después de su desaparición. A Lara, la adolescente de 15 años, le amputaron los dedos y la quemaron con cigarrillos. A Brenda le fracturaron el cráneo, le cortaron el cuello con un arma punzocortante y le abrieron el abdomen. A Morena la golpearon en el rostro.
Además, los asesinos transmitieron el crimen en vivo y a un grupo cerrado a través de una red social, supuestamente para enviar el mensaje de que si alguien lo traicionaba correría el mismo destino.