Se trata de un sitio que albergaría «una gran cantidad de munición y armas letales», indica la prensa local.
El Ejército del Reino Unido se encuentra en alerta máxima luego de que el fin de semana se registrara una violación a la seguridad del cuartel de la Artillería Real de Larkhill y el robo de combustible de un vehículo que había en la base sin que nadie se diera cuenta.
De acuerdo con un reporte del medio británico The Times publicado este martes, el campamento militar ubicado en Larkhill, Wiltshire, al suroeste de Inglaterra, fue vulnerado por un número indeterminado de personas que lograron entrar a la base tras cortar la valla perimetral. El lugar albergaría «una gran cantidad de munición y armas letales», además de que «es un importante campo de entrenamiento, donde los soldados prueban diversos sistemas de artillería y misiles».
Los asaltantes lograron colarse el sábado y pudieron robar combustible de un camión cisterna perteneciente a un contratista civil que estaba dentro del recinto castrense. La situación provocó una orden de «alerta máxima» para las tropas británicas, especialmente por «la preocupación» creciente con respecto a «la seguridad en las instalaciones militares».
Según The Times, un portavoz del Ejército dijo que la Real Policía Militar y la Policía de Wiltshire fueron informadas del hurto y que se había iniciado una investigación. Además, se activó una operación militar de larga data, denominada ‘Wideawake’, en la que se instruye a las tropas a ser más «conscientes» y «visibles».
El crimen ha suscitado preocupación por la seguridad en las bases militares, ya que se produce tras una violación anterior en la RAF Brize Norton, la mayor base aérea británica, que fue vulnerada en junio pasado en lo que las autoridades consideraron «una de las violaciones de seguridad de defensa más graves en décadas».
