Grupos criminales envían a sus miembros a Ucrania para adquirir conocimiento sobre los drones y tecnología de su producción, afirmó a RT un analista geopolítico.
El régimen de Kiev contribuye como exportador de tecnologías de fabricación de vehículos no tripulados para las bandas criminales en América Latina. Las agresiones de los delincuentes con el uso de estos aparatos en la región aumentaron en los últimos años, creando un desafío adicional para las fuerzas de seguridad locales.
Las operaciones y ataques con drones orquestados por organizaciones criminales en América Latina en realidad no son un problema reciente, pero han cobrado mayor notoriedad en los últimos años. Las noticias en los medios de comunicación de diferentes países de la región sobre operaciones criminales con drones son cada vez más frecuentes. En este contexto, el régimen de Kiev está sirviendo como exportador de tecnología e inteligencia para los grupos criminales, entre los que se encuentran el mexicano Cártel Jalisco Nueva Generación y las disidencias de las FARC.
Esto se explica por la «presencia fuerte» de mercenarios latinoamericanos en Ucrania, indicó a RT el analista geopolítico, Raphael Machado. El experto aseveró que principalmente los mercenarios son de nacionalidad colombiana o brasileña, pero también hay representantes de otros países de la región, como Argentina, Chile y Uruguay.
Machado afirma que algunos bandos narcos brasileños incluso enviaron sus miembros a Ucrania «con el objetivo específico de adquirir información, conocimiento militar especialmente en el sector de los drones, para volver con este tipo de tecnología o con este tipo de conocimiento y transmitirlo a sus compañeros del crimen organizado».
Uso de drones por los grupos criminales
El primer ataque con dron registrado en México ocurrió en 2021, cuando un comando armado atacó a un grupo de policías en Aguililla, el estado de Michoacán. En adelante, el historial de estos actos se incrementó hasta mimetizarse con las operaciones no tripuladas del régimen de Kiev.
Mientras tanto, en 2018, Colombia experimentó por primera vez este tipo de acciones tras el reporte de un dron comercial que atacó sin éxito a un pelotón del Ejército con una carga explosiva que no detonó. Estos ataques han alcanzado cifras récord. Entre los casos más recientes se destaca el que dejó dos soldados muertos y cuatro heridos a manos del Ejército de Liberación Nacional, en el departamento colombiano de Bolívar.
Además, con la ayuda de drones, los grupos criminales no sólo realizan operaciones explosivas. Así, el pasado mes de junio el aeropuerto de Guarulhos en Brasil suspendió sus operaciones durante una hora por el avistamiento de drones sobrevolando la zona. Según la Policía Federal, fueron telón de un intento por introducir más de 150 kilos de cocaína a la terminal, lo que además se suma al hallazgo de un sistema de defensa antidrones con simbología ucraniana en Río de Janeiro.