El presidente de EE.UU., Donald Trump, bromeó durante la reunión con la cúpula militar celebrada este martes en la base del Cuerpo de Marines en Quantico (Virginia), diciendo que cualquier asistente que discrepase de sus palabras tenía derecho a «salir de la sala», aunque advirtió que, de hacerlo, se irían junto con «su rango y su futuro». Sus declaraciones provocaron risas entre los presentes.