El infierno en Gaza: operan a heridos sin anestesia mientras el bloqueo estrangula la ayuda médica

Más de la mitad de las misiones médicas de la OMS en el enclave desde enero de 2024 han sido impedidas por Israel, bombardeando instalaciones y bloqueando convoyes, lo que genera una escasez crítica de medicamentos.

La Franja de Gaza enfrenta un colapso total de sus cadenas de suministro médico, una situación desesperada que obliga a los cirujanos a operar sin anestesia adecuada y a racionar analgésicos esenciales, reporta The Guardian. El sistema sanitario, saturado por más de 167.000 heridos —en su mayoría con quemaduras, fracturas complejas y amputaciones—, según el Ministerio de Salud gazatí, lucha por sobrevivir ante el bloqueo de ayuda.

La escasez es tan crítica que las operaciones se realizan sin anestesia y se racionan estrictamente los calmantes, desde opioides hasta paracetamol. «La mayoría de las lesiones son amputaciones o fracturas abiertas», afirma el médico ortopédico Abdelkareem Alsalqawi. «Son muy dolorosas y requieren analgésicos las 24 horas del día. [Pero ahora] les decimos: una inyección al día… úsenla por la noche para poder dormir».

Negación sistemática: el bloqueo israelí a la ayuda médica

Esta crisis se agrava por el sistemático impedimento de la ayuda. Un análisis de la Oficina de Periodismo de Investigación (TBIJ, por sus siglas en inglés) revela que más de la mitad de las misiones médicas de la OMS en Gaza desde enero de 2024 —para entregar medicamentos, combustible, personal y realizar evacuaciones— han sido denegadas, retrasadas, obstaculizadas o canceladas.

Las fuerzas israelíes han bombardeado instalaciones y bloqueado convoyes. La Dra. Randa Abu Rabe, de la OMS, corrobora  esta realidad: «Está muy claro que, desde marzo, hemos pasado meses sin permitir que entrara nada. No se trata solo de los medicamentos: son los reactivos, los diagnósticos, algunos de los instrumentos o equipos». La situación se ve exacerbada por el colapso de la distribución segura y los saqueos de suministros.

En la práctica, el racionamiento se traduce en un suplicio diario para los pacientes. Los opioides se limitan a una única inyección diaria, condenando a las personas a soportar horas de dolor insoportable. En los quirófanos, los viales de morfina se reutilizan entre varios pacientes, una medida desesperada que conlleva un alto riesgo de infección. Ante la falta de alternativas, los médicos recurren a la ketamina, un anestésico que puede provocar fuertes alucinaciones, para las emergencias más críticas.

Un portavoz israelí afirmó que el Ejército del país hebreo «seguirá actuando para facilitar la atención médica y el funcionamiento continuo de las instituciones médicas en la Franja de Gaza, en cooperación con las organizaciones de ayuda internacional». No obstante, las agencias de ayuda reportan un colapso casi total de la cadena de suministro, a pesar de dichas garantías.

 

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