De acuerdo con las autoridades locales, el sospechoso, también conocido como ‘Julito’, es un «desquiciado».
Las autoridades argentinas avanzan con la investigación del asesinato de tres jóvenes en la localidad bonaerense de Florencio Varela. El principal sospechoso de los brutales homicidios es el líder de un grupo de narcotraficantes conocido por sus alias ‘Pequeño J’ o ‘Julito’, publicaron medios locales.
«El narco responsable ya tiene pedido de captura, se hace llamar el ‘Pequeño J’ o ‘Julito’. Está confirmado que tiene 23 años y es peruano», afirmó este jueves el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, quien definió al prófugo como «un desquiciado».
El narco, que de acuerdo con Página/12 también está identificado como Julio Valverde o Julio Noguera, sería el responsable de haber planeado todo: contactar a Lara Gutiérrez, de 15 años, Brenda del Castillo y Morena Verdi, ambas de 20, torturarlas, asesinarlas y transmitir los crímenes por redes sociales.
Según trascendió, mientras se cometían los asesinatos, ‘Pequeño J’ repetía una y otra vez: «Esto le pasa a quien me roba».
Al estar en la mira de los investigadores, este jueves fue allanado su búnker en el barrio de Barracas, de la Ciudad de Buenos Aires. Allí había dejado trampas electrificadas y una hoja con un mensaje destinado a la Policía, publicó TN. Este mismo medio señaló que la hipótesis de la Fiscalía apunta a que el destinatario del mensaje era alguien de su propia organización que habría querido traicionarlo, por lo que las tres chicas asesinadas fueron un vehículo para enviar el mensaje.
En ese sentido, el ministro Alonso evaluó que «decidió disciplinar a sus lugartenientes mostrando lo que es capaz de hacer para construir autoridad».
Los crímenes
Las tres chicas fueron vistas por última vez el viernes 19 de septiembre en la localidad bonaerense de La Tablada, cuando subieron a una camioneta blanca que las llevaría a una supuesta fiesta para la que habían sido contratadas. El vehículo se dirigió a Florencio Varela, también en la provincia de Buenos Aires.
Tras la denuncia por su desaparición presentada por sus familiares, comenzó la búsqueda que concluyó el pasado miércoles, cuando las víctimas fueron halladas sin vida, enterradas en un patio de una vivienda.
Las autopsias revelaron que las tres fueron torturadas y murieron en la madrugada del sábado último, pocas horas después de haberse subido a la camioneta, que fue hallada incendiada. A Gutiérrez le amputaron todos los dedos de la mano izquierda y una oreja, y la quemaron con cigarrillos. A Del Castillo la asesinaron de un fuerte golpe que le provocó aplastamiento del cráneo y, una vez muerta, le abrieron el abdomen. Mientras que a Verdi la golpearon en el rostro antes de quebrarle el cuello para matarla.
Cuatro detenidos
Tras el hallazgo de los cadáveres fueron detenidas cuatro personas que este jueves se negaron a declarar. Se trata de Magalí González Guerrero, de 28 años, Miguel Ángel Villanueva Silva, de 25, supuestos dueños de la casa en la que se cometieron los homicidios; Daniela Ibarra, de 19, y Maximiliano Parra, de 18, quienes fueron apresados mientras limpiaban la escena de los crímenes.
Sobre ellos pesa una acusación por triple homicidio calificado, con los agravantes de haber sido cometidos «por alevosía y ensañamiento y por su comisión por un hombre contra una mujer mediante violencia de género». También se los imputó por «encubrimiento agravado por resultar el hecho precedente especialmente grave».
Reclamo de justicia
Los crímenes derivaron en la realización de marchas en varias ciudades el pasado miércoles, para exigir que se haga justicia y para reclamar que el foco esté puesto en los asesinos y no en las víctimas, ya que en medios de comunicación se mencionó que eran «prostitutas». «La nena de 15 no se prostituía desde los 11 años. En realidad, tipos adultos pagaban para abusar de una menor y explotarla sexualmente», dijo una persona que participó de una de las manifestaciones.
Además, el colectivo Ni una menos convocó a una movilización para este sábado, bajo la consigna ‘Ninguna vida es descartable’. La marcha irá de Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, al Congreso de la Nación. En la convocatoria afirman: «No hay víctimas buenas ni malas, hay femicidios».