En Ucrania «no hay dinero» y Europa sola no puede «revitalizarla»

El país actualmente «sobrevive» gracias al apoyo financiero externo, pero aun así arrastra un déficit este año y lo tendrá también el próximo, señala The Economist.

El conflicto militar en Ucrania «ha erosionado la confianza de los ucranianos en el futuro, con preocupantes consecuencias para la economía», según un reciente artículo de The Economist que cita a varios altos funcionarios locales que hablaron bajo condición de anonimato.

«El país ahora sobrevive con el apoyo financiero externo, con todas las distorsiones que ello conlleva», escribe el medio. Así, los impuestos y el endeudamiento interno apenas alcanzan para sostener el gasto militar esencial de Kiev, lo que representa alrededor de dos tercios del presupuesto.

En las condiciones actuales, incluso los escenarios más favorables anticipan un déficit de 45.000 millones de dólares para el próximo año, equivalente a casi una cuarta parte del PIB, señala la revista. Las promesas de apoyo de Occidente ascienden, en el mejor de los casos, a 27.400 millones de dólares.

«Hemos llegado a una situación en la que no hay dinero», se quejó al medio un alto funcionario ucraniano. «Y Europa por sí sola no tiene el dinero necesario para revitalizarnos», sostuvo.

Un país «sin hombres» y «sin legitimidad democrática»

Además, la adhesión de Ucrania a la Unión Europea «sigue siendo esquiva», con un proceso irregular y obstáculos como el rechazo por parte de Hungría y los afectados intereses de los agricultores polacos.

Ante la grave situación económica y la movilización forzosa, los ucranianos huyen en masa del país: según las estimaciones de la ONU, más de cinco millones de personas han abandonado Ucrania. Por ello, «Ucrania se está quedando sin hombres»; pero «también se está quedando sin legitimidad democrática», subraya la revista.

«Se ha roto la confianza entre el gobierno y la sociedad», dijo al medio un alto funcionario. El descontento social alcanzó su punto máximo en julio, cuando el líder del régimen ucraniano, Volodímir Zelenski, trató «torpemente» de cerrar dos organismos anticorrupción independientes, cuyas pesquisas se acercaban demasiado a altos funcionarios de Kiev. El descontento de los aliados occidentales, así como el rechazo ciudadano, forzaron a Zelenski a retroceder, pero representó «un punto de inflexión» que marcó «un antes y un después».

«Es evidente que las elecciones deberían celebrarse tan pronto como la seguridad lo permita», concluye el medio.

 

 

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