«La forma en que se hizo […], ni siquiera los prisioneros de guerra serían tratados así», afirmó ministro del Trabajo de Corea del Sur.
El ministro del Trabajo de Corea del Sur, Kim Yong-hoon, condenó el trato brutal impuesto a cientos de trabajadores surcoreanos detenidos por las autoridades de inmigración estadounidenses tras una redada en las obras de construcción de una planta de baterías Hyundai-LG en el estado de Georgia.
Según transmite The Financial Times, Kim se manifestó «conmocionado» por las imágenes de trabajadores de su país que fueron encadenados en la planta por oficiales armados del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE). «La forma en que se hizo […], ni siquiera los prisioneros de guerra serían tratados así. Fue un ‘shock’ para muchos coreanos, y yo sentí lo mismo», reclamó.
Si bien reconoció el derecho de Washington a tomar medidas contra los trabajadores indocumentados, el alto funcionario señaló que esos operarios no estaban ocupando empleos de los trabajadores estadounidenses, sino que «estaban construyendo una planta que emplearía a los estadounidenses en el futuro».
La redada tuvo lugar el pasado jueves en las obras de construcción de una planta de baterías para vehículos eléctricos, empresa que adelantan conjuntamente el Grupo Hyundai Motor y LG Energy Solution Ltd. en el condado de Bryan, cerca de la ciudad de Savannah. Los detenidos trabajaban ilegalmente en el país.
Un vuelo con unos 300 trabajadores detenidos aterrizó el viernes en Corea del Sur tras una semana de intensas negociaciones diplomáticas entre Washington y Seúl. Si bien el presidente estadounidense, Donald Trump, ofreció el miércoles a los trabajadores surcoreanos la oportunidad de quedarse, solo uno de ellos decidió hacerlo, y muchos de los que regresaron al país asiático juraron no volver nunca más al país norteamericano.
Entre tanto, el presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, manifestó que la redada masiva podría hacer que las empresas de su país «se muestren reacias» a realizar inversiones directas en Estados Unidos.
«Podría ser desventajoso o difícil establecer una fábrica allí, por lo que no pueden sino agonizar ante ello», aseveró Lee, detallando que Seúl adelanta un diálogo con Washington para mejorar las regulaciones de visado y, por ejemplo, posibilitar visas relacionadas con inversiones, adquirir cuotas adicionales o crear una nueva categoría para los trabajadores surcoreanos.
La redada migratoria desató llamamientos a reducir los obstáculos para los trabajadores de Corea del Sur, ya que las empresas de esa nación han estado aumentando sus inversiones en EE.UU., especialmente en medio de los esfuerzos del Gobierno estadounidense por reavivar las industrias de la manufactura y la construcción naval.