Corea del Sur lanza advertencia a Estados Unidos por redada migratoria en Hyundai

Las compañías que planean construir fábricas en el país norteamericano están preocupadas por el «trato desfavorable» de las autoridades locales, afirmó el presidente surcoreano, Lee Jae-myung.

El presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, considera que la redada masiva del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas estadounidense contra trabajadores surcoreanos podría hacer que las empresas de su país «se muestren reacias» a realizar inversiones directas en EE.UU., informa la agencia Yonhap.

Durante una rueda de prensa celebrada este jueves, el mandatario indicó que la batida realizada en la obra de construcción de una planta de baterías Hyundai-LG en el estado de Georgia tuvo un impacto en las compañías que planean construir fábricas en el país norteamericano, preocupadas ante el «trato desfavorable» por parte de las autoridades locales.

«Podría ser desventajoso o difícil [para las empresas] establecer una fábrica allí, por lo que no pueden sino agonizar ante ello», manifestó Lee, detallando que Seúl está dialogando con Washington para mejorar las regulaciones de visado y, por ejemplo, emitir visas relacionadas con inversiones, adquirir cuotas adicionales o crear una nueva categoría para los trabajadores surcoreanos.

La redada migratoria desató llamamientos a reducir los obstáculos para los trabajadores de Corea del Sur, ya que las empresas de esa nación han estado aumentando sus inversiones en EE.UU., especialmente en medio de los esfuerzos del Gobierno estadounidense por reavivar las industrias de la manufactura y la construcción naval.

  • Desde la llegada al Gobierno de Donald Trump, en enero de este año, su administración ha endurecido las políticas migratorias y efectuado redadas masivas contra personas en situación administrativa irregular. Este tipo de operativos se efectúan incluso en empresas, como el fabricante surcoreano de automóviles Hyundai Motor.

 

  • Según el diario The New York Times, en la primera semana de agosto las deportaciones alcanzaron casi 1.500 personas por día, un ritmo nunca registrado desde la administración demócrata de Barack Obama. Mientras, el número de cruces en la frontera es bajo, lo que supone que la mayoría de migrantes expulsados ya llevaban tiempo asentados en el país. El cambio en la tendencia asusta incluso a quienes residen de manera legal.

 

Fuente