«Creemos que la ira es un mal consejero», afirmó el canciller ruso en la universidad MGIMO.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, aseguró este lunes que Moscú no quiere vengarse de nadie y no rechaza a sus antiguos socios occidentales.
«Y no tenemos ningún deseo de vengarnos de nadie, ni de descargar nuestra ira sobre nadie», declaró el jefe de la diplomacia rusa durante una reunión con estudiantes y profesores del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO). «En general, creemos que la ira es un mal consejero y que el deseo de venganza es un mal consejero», agregó.
Además, el canciller ruso destacó que si los antiguos socios occidentales recapacitan y desean regresar a Rusia para trabajar, no se les rechazará. Sin embargo, las autoridades tendrán en cuenta que la última vez huyeron «por orden de los dirigentes políticos», agregó.
«Siempre partimos de la base de que los procesos de formación de una gran asociación euroasiática estarán abiertos también a la parte occidental de nuestro continente«, expresó Lavrov, que aventuró que esto ocurrirá cuando los socios occidentales «dejen de considerarse el milenio de oro» y «un jardín floreciente rodeado de selvas».
Asimismo, el ministro ruso de Exteriores hizo hincapié en que su país no quiere levantar ningún muro como el de Berlín y que está dispuesto a dialogar con todos, si bien quiere el diálogo se entable en pie de igualdad.
«Levantar muros como el de Berlín se hizo al estilo occidental, muros simbólicos entre nosotros y nuestro enorme espacio euroasiático, que era la Unión Soviética y ahora es el espacio postsoviético. No queremos levantar ningún muro. Queremos trabajar con honestidad. Si nuestros interlocutores están dispuestos a lo mismo, estamos dispuestos a dialogar con todos sobre una base de igualdad y de respeto mutuo», afirmó.