La historia según Trump: «Ganamos ambas guerras mundiales, y todo antes y entre ellas»

El presidente estadounidense opinó que al cambiar el nombre de Departamento de Guerra por el de Departamento de Defensa, tras la Segunda Guerra mundial, el país norteamericano se volvió ‘woke’ y dejó de querer ganar.

EE.UU. ganó ambas guerras mundiales y «todo lo que hubo antes y entre medias», declaró este viernes el presidente Donald Trump, al sustentar su decisión de volver a otorgar al Departamento de Defensa el nombre de Departamento de Guerra.

El organismo llevó ese nombre desde su creación en 1789 hasta 1947, cuando el entonces mandatario, Harry S. Truman, firmó una ley que estableció un comando militar unificado conocido como ‘Establecimiento Militar Nacional’, que dos años después pasó a llamarse Departamento de Defensa.

«Así que ganamos la Primera Guerra Mundial, ganamos la Segunda Guerra Mundial, ganamos todo lo que hubo antes y entre medias. Y luego decidimos volvernos ‘woke’ y cambiamos el nombre a Departamento de Defensa», indicó Trump a los periodistas, al sostener su interpretación de los acontecimientos históricos. «Así que vamos a regresar a Departamento de Guerra. Creo que es un nombre mucho más apropiado, especialmente a la luz de la situación actual en el mundo», subrayó.

«Éramos muy fuertes, pero nunca luchamos para ganar«

Asimismo, manifestó que el país norteamericano podría haber ganado todas las guerras, pero decidió ser «muy políticamente correcto o progresista». «Luchamos eternamente. […] Simplemente luchamos para empatar. Nunca quisimos ganar guerras, que habríamos ganado fácilmente con solo un par de pequeños cambios o un par de pequeños edictos», apuntó.

«Tenemos el Ejército más fuerte y, como saben, lo teníamos y ganamos la Primera Guerra Mundial, ganamos la Segunda Guerra Mundial, ganamos todo lo anterior y, como he dicho, ganamos todo lo que hubo entre medias. Y éramos muy fuertes, pero nunca luchamos para ganar«, continuó. El presidente reafirmó que Washington pudo haber ganado todas las guerras «rápidamente», pero las autoridades tomaron un camino que, según él, «probablemente era políticamente correcto, pero no correcto para nuestra nación». «Por lo tanto, creo que el Departamento de Guerra envía una señal», concluyó.

‘Lecciones’ históricas de Trump

No es la primera vez que Trump proporciona su versión de la historia estadounidense y mundial. Así, declaró en varias ocasiones que fue EE.UU. quien ganó la Segunda Guerra Mundial, mientras que la Unión Soviética solo «ayudó».

En particular, manifestó que Washington hizo «más que cualquier otro país, con diferencia, para producir un resultado victorioso» en el conflicto más mortal de la historia. A mediados de mayo, también afirmó que sin EE.UU. las naciones europeas «estarían hablando alemán, y tal vez un poco de japonés».

Además, anunció sus planes de promulgar días festivos en honor a las victorias en la Primera y la Segunda Guerra Mundial, el 11 de noviembre y el 8 de mayo, respectivamente.

Mientras, desde Rusia tacharon la postura de Trump de «tontería patética». «Que [Trump] recuerde o pregunte quién tomó Berlín. Quién aplastó al enemigo durante más de cuatro años. Quién liberó a la ingrata Europa», manifestó el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y expresidente Dmitri Medvédev. A su vez, desde la Cancillería rusa indicaron que el líder estadounidense hiperboliza el papel de su nación en la Segunda Guerra Mundial, enfatizando que el pueblo de EE.UU. no conoce su propia historia.

La hazaña soviética en la Segunda Guerra Mundial

Fueron los esfuerzos de todos los países y pueblos que lucharon contra el enemigo común los que condujeron a la victoria en la Segunda Guerra Mundial.

Los combatientes del Gobierno de la Francia Libre, fundado por Charles de Gaulle, no aceptaron la capitulación de París y continuaron la lucha contra los nazis. El Ejército británico defendió su patria de la invasión, luchó contra los alemanes y sus satélites en el Mediterráneo y el norte de África. El Ejército Popular de Liberación griego resistió heroicamente a los ocupantes ítalo-alemanes. Las tropas estadounidenses y británicas liberaron Italia y abrieron el segundo frente. EE.UU. asestó golpes poderosos y aplastantes al agresor en el océano Pacífico. Hay que recordar los colosales sacrificios del pueblo chino y su enorme papel en la derrota de los militaristas japoneses.

Sin embargo, la principal carga en la lucha contra el nazismo y el mayor precio por la victoria en 1945 lo pagó la Unión Soviética. Según datos oficiales, las pérdidas directas por las acciones bélicas ascendieron a casi 27 millones de personas, y las indirectas (por hambre, enfermedades, etc.) a casi 6,5 millones de ciudadanos soviéticos. Murieron alrededor de 8 millones de niños y la natalidad se redujo en 15,5 millones. Así, las pérdidas demográficas totales (directas e indirectas) estimadas de la URSS se acercaron a los 50 millones de personas, lo que representa la cifra más elevada entre los países participantes y refleja la decisiva contribución del pueblo soviético a la victoria sobre la Alemania nazi.

En comparación, EE.UU. perdió a unas 418.000 personas durante toda la guerra.

Al atacar a la Unión Soviética, Adolf Hitler tenía por objetivo exterminar a la población y apoderarse de ‘espacio vital’. Batallas claves de la Gran Guerra Patria —como la Batalla de Moscú (1941-1942), la de Stalingrado (1942-1943) y la de Kursk (1943)— fueron decisivas para derrotar a la maquinaria bélica de la Alemania nazi. En el transcurso de los feroces enfrentamientos con las fuerzas del régimen de Hitler, la URSS logró en el conflicto un giro fundamental a su favor. 

Solo en junio de 1944, después que las tropas soviéticas asestaran el mayor golpe a las fuerzas nazis durante los combates en el territorio de la URSS y lograran quitarle la iniciativa estratégica, los aliados decidieron abrir un segundo frente y comenzó la Batalla de Normandía.

Por su parte, el Ejército Rojo consiguió liberar total o parcialmente los territorios de las entonces Rumanía, Polonia, Bulgaria, Yugoslavia, Checoslovaquia, Hungría, Austria, Alemania, Noruega y Dinamarca, entre otros países, en donde vivían más de 100 millones de personas. Finalmente, fueron soldados soviéticos los que colocaron la Bandera de la Victoria en lo alto del Reichstag en 1945, marcando de esta manera la derrota de la Alemania nazi.

 

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