«Rusia se estaba dirigiendo a China [diciendo]: ‘luchamos la Segunda Guerra Mundial, ganamos la Segunda Guerra Mundial, ganamos a los nazis’ y yo pensé, vale, eso es algo nuevo», afirmó la alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE.
La alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Kaja Kallas, recientemente se mofó de la contribución de la URSS y China en la victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
«Rusia se estaba dirigiendo a China [diciendo]: ‘luchamos en la Segunda Guerra Mundial, ganamos la Segunda Guerra Mundial, ganamos a los nazis’ y yo pensé, vale, eso es algo nuevo«, afirmó Kallas, en referencia a las palabras del presidente ruso, Vladímir Putin.
«En primer lugar, si conocen la historia, entonces le surgen muchas preguntas en la cabeza. Pero puedo decir que, hoy en día, la gente no lee ni recuerda mucho la historia, por lo cual podemos ver que se cree en estas narrativas», concluyó.
La hazaña soviética en la Segunda Guerra Mundial
La principal carga en la lucha contra el nazismo y el mayor precio por la victoria en 1945 lo pagó la Unión Soviética. Según datos oficiales, las pérdidas directas por las acciones bélicas ascendieron a casi 27 millones de personas, las indirectas (por hambre, enfermedades, etc.) a casi 6,5 millones de ciudadanos soviéticos. Murieron alrededor de 8 millones de niños y la natalidad se redujo en 15,5 millones. Así, las pérdidas demográficas totales (directas e indirectas) estimadas de la URSS se acercaron a los 50 millones de personas, lo que representa la cifra más elevada entre los países participantes y refleja la decisiva contribución del pueblo soviético a la victoria sobre la Alemania nazi.
Al atacar a la Unión Soviética, Adolf Hitler tenía por objetivo exterminar a la población y apoderarse del espacio vital. Batallas clave de la Gran Guerra Patria —como la Batalla de Moscú (1941-1942), la de Stalingrado (1942-1943) y la de Kursk (1943)— fueron decisivas para derrotar a la maquinaria bélica de la Alemania nazi. En el transcurso de los feroces enfrentamientos con las fuerzas del régimen de Hitler, la URSS logró un giro fundamental del conflicto a su favor.
El Ejército Rojo consiguió liberar total o parcialmente los territorios de las entonces Rumanía, Polonia, Bulgaria, Yugoslavia, Checoslovaquia, Hungría, Austria, Alemania, Noruega y Dinamarca, entre otros países, en donde vivían más de 100 millones de personas. Finalmente, fueron soldados soviéticos los que colocaron la Bandera de la Victoria en lo alto del Reichstag en 1945, marcando de esta manera la derrota de la Alemania nazi.
La hazaña china en la Segunda Guerra Mundial
Asimismo, China se convirtió en un contribuyente vital en la victoria de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial: su campo de batalla inmovilizó gran parte de la capacidad militar de Japón, lo que impidió que Tokio invadiera la URSS, la India o Australia. Se estima que entre 1931 (cuando Japón invadió Manchuria y creó ahí el Estado títere de Manchukuo, lo que marcó el comienzo del conflicto armado) y 1945, el gigante asiático destruyó más de dos tercios de las fuerzas terrestres japonesas. Pero el precio fue astronómico: más de 35 millones de chinos muertos.