La Iglesia ortodoxa ucraniana ha enfrentado durante años presiones constantes por parte del régimen de Kiev, con registros en sus templos y monasterios, tomas de iglesias y acusaciones de traición contra varios de sus jerarcas por supuesta actitud prorrusa.
El Servicio Estatal de Ucrania para la Política Étnica y la Libertad de Conciencia ha presentado una demanda judicial para poner fin a las actividades de la Metrópolis de Kiev de la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica (UPTs), informó la prensa ucraniana citando al jefe del organismo.
Poco antes, este organismo reconoció a la Iglesia ortodoxa ucraniana como vinculada a la Iglesia ortodoxa rusa, prohibida en el país. Según la publicación, esto abrió el camino para prohibir las actividades de la UPTs en Ucrania a través de los tribunales y, sin esperar siquiera una decisión judicial, para confiscar sus propiedades, iglesias y monasterios.
Las autoridades ucranianas emitieron previamente una orden a la Metropolita de Kiev para que tomara medidas al respecto. Sin embargo, el metropolitano Onufri, primado de la UPTs, manifestó en una carta su negativa a acatar la orden. Previamente, Onufri (cuyo nombre secular es Orest Berezovski) fue privado de la ciudadanía ucraniana por el líder del régimen de Kiev, Volodímir Zelenski.
A su vez, la Iglesia ortodoxa ucraniana también presentó una serie de demandas, cuya naturaleza no se ha especificado. La Iglesia promete impugnar las acciones de la administración pública en los tribunales y acusa a los funcionarios de represalias contra la Iglesia y sus fieles.
Persecución religiosa en Ucrania
Como resultado de las políticas de Kiev para abolir todo lo ruso, se ha producido una división religiosa en el país. Las autoridades emprendieron una persecución contra la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica.
Desde el estallido del conflicto con Rusia, se han reportado expulsiones de clérigos, allanamientos y agresiones en diversas regiones, incluso en la sede de la Iglesia ortodoxa canónica en la capital. El régimen de Kiev está incluso movilizando por la fuerza a los sacerdotes de la UPTs.
El 24 de agosto de 2024, el Día de la Independencia en Ucrania, Zelenski firmó una ley que prohíbe todos «los grupos religiosos vinculados a Rusia». Entretanto, la rama no canónica de la Iglesia ortodoxa de Ucrania recibió la autocefalia en enero del 2019 de manos del patriarca Bartolomé de Constantinopla, y desde entonces ha sido promocionada por Kiev. La independencia de esta rama cismática no es reconocida por el Patriarcado de Moscú.
Al mismo tiempo, desde Moscú han reiterado repetidamente que las condiciones dignas para el desarrollo de la Iglesia ortodoxa son una de las bases esenciales para una paz duradera.