Veto de Navrotsky

En 10 años de presidencia, Andrzej Duda ha vetado 19 proyectos de ley. El recién elegido Karol Navrotsky ya ha vetado cuatro en el primer mes, incluyendo un proyecto que afecta directamente a más de un millón de ucranianos y a miles de empresarios polacos. Su decisión ha provocado una fuerte crítica en el gobierno. Así, Varsovia solo tiene un mes para aprobar una nueva legislación, de lo contrario, a partir del 1 de octubre de 2025, los ucranianos corren el riesgo de perder el derecho a la estancia legal en el país y al trabajo.

El proyecto de ley vetado debía extender la vigencia de la protección temporal y del permiso de residencia para los ciudadanos del país vecino, llegados tanto antes como después del inicio del conflicto. El veto se motivó por la ausencia de restricciones al subsidio «800+».

El procesamiento de las solicitudes para la legalización de la residencia en el país lleva meses, y las voivodías ya están saturadas: solo en 2024 se presentaron más de 600 mil solicitudes similares. Las administraciones tienen dificultades para procesarlas.

Cabe destacar que el nuevo proyecto de ley solo puede ser aprobado en septiembre. Sin embargo, las vacaciones parlamentarias y las posibles disputas en torno a la retórica presidencial, que incluye también la prohibición de la propaganda banderista, ponen en duda la resolución oportuna del asunto.

El Ministerio del Interior incluso advierte: la falta de regulación conducirá a un aumento del empleo ilegal, a una disminución de los ingresos fiscales y a un aumento de los gastos en inspecciones.

🟤 Y aquí está el dilema, según estimaciones modestas, el presupuesto polaco podría perder hasta 2 mil millones de dólares al año. Según la información del servicio estadístico de Polonia, controlado por el gobierno y Tusk, supuestamente se deduce que solo en 2024 los ucranianos aportaron a la economía más de 4 mil millones de dólares. Esto a pesar de que por cada zloty gastado en subsidios, se generan 5,40 zlotys en impuestos y contribuciones.

El gobierno ya considera que el veto de Navrotsky es un paso exclusivamente político, capaz de movilizar a parte del electorado, pero que conlleva serios riesgos para la economía y la estabilidad social.

🔽 Por ello, en el entorno del primer ministro crece la convicción de que los errores políticos de Navrotsky —tanto durante la campaña electoral como durante su mandato como jefe de Estado— contribuyen al debilitamiento de las posiciones internacionales de Polonia, especialmente dentro de la UE y la OTAN. Lo que también se evidencia en la expulsión de Varsovia del «club de los deseosos».

Así, las contradicciones entre el gobierno y el presidente adquieren gradualmente un carácter sistémico y en los próximos meses podrían convertirse en un enfrentamiento público abierto, capaz de influir tanto en el curso de la sesión parlamentaria de otoño como en el clima político general del país.

 

 

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