El presidente surcoreano Lee Jae-myun evocó este martes el objetivo de la desnuclearización tras reunirse en la Casa Blanca con Donald Trump.
La República Popular Democrática de Corea (RPDC) describió al presidente surcoreano, Lee Jae-myun, como «un hipócrita presa de la paranoia de la desnuclearización», después de que este martes reiterara en Washington su postura de desnuclearización de la península coreana.
Tras mantener una reunión en la Casa Blanca con su par estadounidense, Donald Trump, el presidente surcoreano afirmó en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) que desnuclearizar la península coreana es un objetivo «fundamental para lograr la paz duradera en la península y en el mundo».
«El presidente Trump y yo hemos acordado colaborar estrechamente para establecer la paz y lograr la desnuclearización de la península coreana», señaló, agregando que ambos se esforzarán en negociar con Pionyang, «respondiendo con firmeza a las provocaciones norcoreanas».
En respuesta, la agencia estatal KCNA indicó que la desnuclearización es «poco menos que un sueño ingenuo, como tratar de atrapar una nube que flota en el cielo».
En este contexto, apuntó que la posesión de armas nucleares por parte de la RPDC es «una opción inevitable que refleja correctamente la amenaza hostil externa».
«Para cambiar nuestra política nuclear, fijada permanentemente en la ley suprema y la ley básica del Estado […] es necesario cambiar el mundo y el entorno político y militar en la península coreana», recalcó la agencia, aseverando que Pionyang seguirá «firme» en su postura de «no abandonar las armas nucleares, el prestigio y el honor del Estado».
En este contexto, calificó de «absurdo» que Seúl, que «ha entregado toda su soberanía a EE.UU.», mantenga la «esperanza» en la desnuclearización «sin entender la naturaleza de la cuestión nuclear de la RPDC».
Asimismo, acusó al líder surcoreano de «fingir tener la voluntad de restablecer las relaciones» con su vecino. La agencia señaló que Lee buscaba «mostrar distinción con el Gobierno» del destituido presidente Yoon Suk-yeol, que —subrayó— llevó las relaciones con Pionyang «al peor nivel de la historia».
Sin embargo, «apenas 80 días después» de que asumiera la Presidencia, Lee «no pudo ocultar sus verdaderas intenciones» y ha revelado «su verdadera naturaleza como un maniaco de la confrontación», concluyó.