El provocador gesto de Lula que desafía a un ‘símbolo’ del trumpismo

La prensa ya habla de la guerra de las gorras.

«Brasil es de los brasileños«, dice la frase bordada en la gorra azul que portaron los miembros del gabinete del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, durante un consejo de ministros celebrado el martes.

El gesto no es gratuito. El eslogan surge en medio de la guerra comercial que EE.UU. ha emprendido a nivel global, especialmente contra Brasil, por lo que se considera una reinterpretación del movimiento político que llevó al poder a Donald Trump, artífice del ‘tarifazo’.

Así, la gorra roja de los seguidores de Trump es azul entre los ministros de Lula; y el lema de «Hacer que EE.UU. vuelva a ser grande (Make América Great Again)» —que arropó al republicano en su camino a La Casa Blanca— ha sido suplantado en Brasil por una frase que reafirma su soberanía.

El eslogan, refiere G1, se alinea con los movimientos que defienden el país frente a los embates de Trump. Lula, por su lado, también anunció su nuevo sello: «Gobierno de Brasil, del lado del pueblo brasileño«.

Batalla simbólica

La prensa no ha tardado en tildar el asunto como la «batalla de las gorras», ya que el primer guiño ocurrió este año, cuando el gobernador de Sao Pulo, Tarcísio de Freitas, apareció con una gorra de MAGA tras la asunción de Trump en EE.UU. No obstante, borró la foto de sus redes en julio.

Ese acto fue asumido como un mensaje para los seguidores del ultraderechista Jair Bolsonaro, muy cercano a Trump y actualmente procesado por su presunta implicación en una trama golpista contra Lula.

El proceso judicial en contra de Bolsonaro ha sido una de las razones que la administración estadounidense ha esgrimido para intentar justificar el tarifazo contra el gigante suramericano y dictar medidas contra el magistrado del Supremo, Alexandre de Moraes.

En respuesta a la abierta afinidad de los conservadores con el trumpismo, el mandatario brasileño devolvió el golpe simbólico con la gorra azul que empezó a circular en febrero, pero que ahora ha recobrado brío de cara a las amenazas del inquilino de la Casa Blanca.

 

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