Zelenski aviva las llamas del conflicto en medio de los esfuerzos por alcanzar la paz

En particular, el jefe del régimen de Kiev se opuso a China como un garante de seguridad a Ucrania, instando al envío de militares extranjeros al territorio ucraniano y anunciando los planes de seguir comprando armas occidentales y produciendo misiles.

En medio de los esfuerzos internacionales por resolver el conflicto ruso-ucraniano, el líder del régimen de Kiev, Volodímir Zelenski, sigue alimentando los ánimos bélicos y demostrando que no está interesado en un acuerdo de paz sostenible, justo y a largo plazo.

Garantías de seguridad solo de aquellos que ayuden a Kiev

En particular, Zelenski se opuso a que China se incluya entre los países que podrían proporcionarle a Ucrania garantías de seguridad. Según el líder del régimen ucraniano, Pekín «no ayudó» a detener el conflicto con Rusia en 2022 y «no hizo nada» cuando la península de Crimea pasó a formar parte del territorio ruso en 2014.

«Por lo tanto, no necesitamos garantes que no ayudan a Ucrania y que no la ayudaron cuando realmente lo necesitábamos después del 24 de febrero [de 2022]», indicó este miércoles a los periodistas, añadiendo que Kiev necesita garantías de seguridad solo de aquellos países que estén dispuestos a prestarle apoyo.

Asimismo, señaló que la llamada ‘coalición de los dispuestos’ cuenta con 30 países que están considerando potencialmente su participación en las garantías de seguridad para Kiev. «Algunos pueden enviar militares [a Ucrania], otros pueden prestar apoyo aéreo patrullando el cielo. Estoy seguro de que algunos solo estarán dispuestos a proporcionar financiación», dijo.

Desde Moscú enfatizaron que apoyan la creación de garantías de seguridad fiables para la nación vecina. Sin embargo, han advertido en repetidas ocasiones que el despliegue de tropas extranjeras en suelo ucraniano solo agravaría la situación, ya que la expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas fue una de las causas originales del conflicto. En este contexto, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, señaló que todo lo que se está debatiendo actualmente en Europa con el régimen de Kiev, en esencia, «está relacionado con la concesión de garantías mediante la intervención extranjera militar en alguna parte del territorio ucraniano».

Manzana de la discordia: un alto el fuego temporal

Zelenski también volvió a insistir en un alto el fuego temporal antes de llegar a un acuerdo final de paz. En este contexto, señaló que, sin acuerdos bilaterales entre Kiev y Moscú, y sin ninguna opción de alto el fuego, una reunión trilateral entre él y los presidentes de Rusia y EE.UU., Vladímir Putin y Donald Trump, es «casi imposible». «Le dije a Trump que, en cualquier caso, necesitaremos un tiempo de calma para elaborar un plan para poner fin a la guerra», agregó.

Por su parte, tanto Moscú, como Washington se oponen a esa idea, llamando a una paz duradera y sostenible y no a una medida temporal. En particular, Rusia ha enfatizado en varias veces que el alto el fuego no significa el cese de los suministros de armas a Ucrania por parte de los países occidentales y, de este modo, Ucrania quiere recuperarse y rearmarse.

Mientras, el líder estadounidense señaló tras la cumbre de Alaska que «todos coincidieron en que la mejor manera de poner fin a la terrible guerra entre Rusia y Ucrania es llegar directamente a un acuerdo de paz, que pondría fin al conflicto», y no a un simple alto el fuego, «que a menudo no se sostiene». También apuntó que un alto al fuego temporal «estratégicamente podría ser una desventaja para uno u otro bando».

Seguir con desarrollo y compra de armas

Al mismo tiempo, el jefe del régimen de Kiev reveló los planes de aumentar considerablemente la cantidad de drones, detallando que ha propuesto a Washington un acuerdo. «El ‘drone deal’ que hemos preparado y propuesto a la parte estadounidense por un valor de 50.000 millones de dólares supone cinco años y 10 millones de drones al año. Es un programa muy ambicioso», señaló, añadiendo que el proyecto se pondrá en marcha probablemente después de que termine el conflicto con Rusia.

También dijo que Ucrania ha elaborado un plan para la compra de armamento de EE.UU. por valor de 90.000 millones de dólares. «Considero que se ha incluido una importante parte del armamento que necesita el Ejército ucraniano como parte de las garantías de seguridad. Esta cantidad es justa», afirmó.

Además, Zelenski anunció que el misil de crucero de largo alcance ucraniano, Flamingo, entrará pronto en producción en masa. Indicó que, para diciembre, Kiev tendrá más los nuevos misiles, con un alcance de 3.000 kilómetros. «Para finales de diciembre o en enero-febrero debería haber una producción masiva. Hay que ver el éxito de las pruebas, hay que ver la financiación de este programa», añadió.

A su vez, Rusia rechaza que continúen las entregas de material bélico a Kiev, apuntando que esto solamente prolonga el conflicto.

En contra del idioma ruso

Zelenski también rechazó devolver el estatus oficial al idioma ruso. «Tenemos un idioma oficial: el ucraniano. Los rusos pueden decir lo que quieran», indicó, acusando a Moscú de «plantear tales ultimátums para complicar el proceso de negociación».

Previamente, el canciller ruso recordó que Ucrania es «el único país del mundo donde está vetado un idioma». Además, señaló que en la Constitución ucraniana todavía «se mantiene la obligación del Estado de garantizar plenamente los derechos del [idioma] ruso, lo cual se destaca por separado, y los de otras minorías nacionales». «Si tanto le preocupa [a Vladímir Zelenski] su Constitución, yo empezaría por sus primeros artículos, donde se establece precisamente esa obligación», dijo.

El jefe de la diplomacia rusa subrayó que «sin respetar los intereses de seguridad de Rusia, sin respetar plenamente los derechos de los rusos y de las personas de habla rusa que viven en Ucrania, no se puede hablar de ningún acuerdo a largo plazo». Enfatizó que esas razones «deben eliminarse urgentemente en el contexto de la resolución» del conflicto.

  • Los últimos días han estado marcados por la reanudación de esfuerzos diplomáticos para lograr la solución del conflicto ucraniano. Estos pasos comenzaron con la cumbre entre los presidentes de Rusia y EE.UU. en Alaska y continuaron con la reunión del inquilino de la Casa Blanca con el jefe del régimen de Kiev y líderes europeos y de la OTAN

 

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