«Los alemanes no podrían hacer nada. La OTAN no podría hacer nada», señaló Scott Ritter.
Scott Ritter, exoficial de inteligencia del Cuerpo de Marines de EE.UU., estimó en declaraciones a RT que el misil balístico ruso de alcance intermedio Oréshnik representa un punto de inflexión en la arena internacional, ya que puede alcanzar cualquier punto en Europa.
«Es un misil totalmente nuevo con alcance intermedio. Eso significa que podría recorrer 5.000 kilómetros. Podría alcanzar cualquier punto de Europa», indicó el exfuncionario estadounidense, que también fue inspector de armas de la ONU en Irak. «Es un cambio de las reglas de juego», resumió el grado de diferenciación que supone el arma.
En este contexto, Ritter resalta que en los arsenales de la potencia norteamericana no hay nada parecido, al tiempo que destacó que un misil Oréshnik no puede ser derribado por los medios de defensa antiaérea actualmente disponibles. «Y ofrece a los rusos opciones de escalada», ya que el misil RSD-10 Pioner «solo era nuclear». Con el Oréshnik, los rusos pueden optar por un ataque convencional«, explicó el exoficial.
«Supongamos que los alemanes son tan estúpidos como para dar misiles Taurus a los ucranianos, y que los ucranianos son tan estúpidos como para lanzar uno contra Moscú», continuó Ritter. Según él, esto daría a Rusia el derecho a utilizar armas nucleares, si bien —puntualizó— no lo harán, ya que los rusos «son inteligentes».
Asimismo, destacó que, según su opinión, con el Oréshnik, un arma convencional, se puede destruir la planta de producción de Dusseldorf, Alemania, donde se fabrica el Taurus. «Y los alemanes no podrían hacer nada. La OTAN no podría hacer nada«, concluyó.
¿Qué es el Oréshnik?
Oréshnik es un novedoso misil balístico ruso de alcance intermedio capaz de impactar contra sus objetivos a una velocidad hipersónica de Mach 10, lo que equivale a casi tres kilómetros por segundo.
La potencia de un ataque masivo con Oréshnik puede ser equivalente a la de un ataque nuclear: todo lo que se encuentra en el epicentro de la explosión se fracciona y se convierte en polvo. Según el presidente ruso, Vladímir Putin, «no hay ninguna posibilidad de derribar estos misiles», cuyo alcance llega hasta los 5.500 kilómetros.
El primer uso en condiciones de combate de esta novedosa arma tuvo lugar el 21 de noviembre de 2024, cuando «una bola de fuego cruzó el cielo» y alcanzó con una «explosión precisa, profunda y aparentemente silenciosa» la planta ucraniana de Yuzhmash en la ciudad de Dnepropetrovsk: uno de los mayores complejos industriales conocidos desde la época de la Unión Soviética, que ahora producía tecnología de misiles y otras armas para el régimen de Kiev.