El mandatario estadounidense quiere evaluar las intenciones de su par ruso, señalaron funcionarios de la Administración estadounidense a Politico.
Se espera que la reunión entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, programada para el próximo 15 de agosto en la ciudad de Anchorage, en Alaska, represente un paso hacia una solución pacífica del conflicto ucraniano, informaron a Politico funcionarios de la Casa Blanca, que, no obstante, evitaron hacer promesas sobre un alto el fuego o cualquier otro tipo de acuerdo.
Según un representante de la Administración de EE.UU., el objetivo de Trump se centra en evaluar a Putin, averiguar si el mandatario ruso tiene serias intenciones, y en trabajar para lograr una reunión trilateral con el líder del régimen de Kiev, Volodímir Zelenski.
Un funcionario estadounidense señaló que se trata de «confiar en los instintos de Trump». El presidente ruso «ofreció un plan», expresó el informante. «Puede que no sea un plan viable, pero había algo sobre el papel, lo que demuestra un avance«, agregó.
Una fuente de la Casa Blanca reveló al medio que tras su encuentro de la semana con Putin, el enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, dijo a Trump que el líder ruso quería reunirse. El mandatario de la potencia norteamericana lo considera un progreso, «así que irá a escucharlo», dijo el funcionario.
«Después de hablar, Trump podrá evaluar cuán serio es Putin respecto a la paz«, informó otro funcionario de la Casa Blanca. Esta reunión es «el comienzo de una nueva fase», añadió.
El representante especial de la Presidencia rusa para la cooperación económica con países extranjeros, Kiril Dmítriev, expresó la semana pasada que el diálogo cara a cara entre Putin y Trump traerá «esperanza, paz y seguridad global».
El encuentro se celebrará el 15 de agosto y será el primero entre los dos líderes desde 2019. Se prevé que Putin y Trump aborden la crisis ucraniana, entre otros temas. El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, mantuvo este martes una conversación telefónica con el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, durante la cual ambos «discutieron algunos aspectos de la preparación para la próxima reunión» y «confirmaron su compromiso con el éxito del evento».
