Los nitazenos tienen una alta potencia, por lo que requieren cantidades mínimas para provocar efectos extremos.
Una nueva clase de opioides sintéticos ha comenzado a abrirse paso en los mercados ilegales de drogas a nivel mundial, generando preocupación entre autoridades sanitarias, expertos en adicciones y organismos internacionales. Se trata de los nitazenos, compuestos extremadamente potentes que, en algunos casos, superan incluso al fentanilo —sustancia 50 veces más fuerte que la heroína— y que ya han sido vinculados a cientos de muertes por sobredosis en varios continentes.
Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), desde que se reportó el primer caso en 2019, se han identificado al menos 26 variantes de nitazenos en 30 países de Europa, América, Oceanía y el sudeste asiático. El 82 % de los incidentes documentados corresponden a fallecimientos, muchos de ellos sin que las víctimas supieran que habían consumido esta sustancia.
«Una trampa del diablo»
«Es una trampa del diablo», dijo a The Wall Street Journal Tina Harris, una londinense que ha usado heroína desde la adolescencia y que, sin saberlo, consumió nitazenos pensando que era fentanilo. La potencia de esta droga provocó que la mujer, de 41 años, despertara en el hospital, luego de desmayarse y recibir una inyección de nalaxona, el antídoto usado en casos de sobredosis.
Los nitazenos son fabricados en laboratorios clandestinos utilizando precursores químicos accesibles y, debido a su alta potencia, requieren cantidades mínimas para alcanzar efectos extremos. Esto los convierte en una opción atractiva para redes criminales, que los mezclan con drogas tradicionales como cocaína, éxtasis, ketamina, benzodiacepinas o heroína, aumentando drásticamente el riesgo de sobredosis.
Escasez mundial de heroína
Su origen se podría atribuir a la escasez mundial de heroína, derivada de la prohibición del cultivo de amapola en Afganistán desde 2022, que incentivó su sustitución por opioides sintéticos más fáciles de fabricar y transportar.
La experiencia de países como Estonia, donde surgió una crisis de sobredosis tras la primera prohibición afgana en el año 2000, sirve como ejemplo. Allí, el ingreso de fentanilo como reemplazo de la heroína provocó un aumento de muertes que duró más de una década. Ahora, ese mismo patrón podría repetirse con los nitazenos, que ya desde 2023 han estado involucrados en casi la mitad de todas las muertes inducidas por drogas en el país.
Ante este panorama, la UNODC y la Organización Mundial de la Salud han recomendado el control internacional de varias de estas sustancias y urgen a los países a reforzar sus sistemas de detección y respuesta temprana. El uso de naloxona y la ampliación del acceso a tratamientos son herramientas clave para mitigar esta amenaza creciente.
15 veces más potentes que el fentanilo
En plataformas de comercio digital se han detectado numerosos perfiles ofreciendo estos compuestos, algunos de ellos hasta 15 veces más potentes que el fentanilo, con disponibilidad para envío internacional, según reporta el WSJ.
En países como Australia, 32 personas murieron entre 2020 y 2024 tras consumir nitazenos, y en el 84 % de los casos, no sabían que los opioides estaban presentes en la droga adquirida. A esto se le suma la preocupación por su combinación con otros compuestos peligrosos, como la xylazina, un sedante veterinario no aprobado para consumo humano, que ha sido vinculado a graves efectos secundarios, incluyendo lesiones cutáneas y cuadros clínicos complejos.
«Esto refleja lo que estamos observando en otros países, especialmente en Estados Unidos, donde estas combinaciones de fármacos están contribuyendo a una ola de muertes por sobredosis y cuadros clínicos complejos«, afirmó Cobus Gerber, profesor de la Universidad del Sur de Australia, a Science Daily.