Politico: Europa debe elegir entre invertir en su futuro o en sus ‘miedos’

Para la mayoría de los europeos, las amenazas cotidianas no son los misiles sino los precios desorbitados, destaca el medio.

Para la mayoría de los europeos, las «amenazas cotidianas» no son los misiles, sino los alquileres desorbitados, las guarderías inasequibles y el mal funcionamiento del transporte público. En toda Europa el coste de la vida está aumentando y los servicios públicos están al límite. Sin embargo, es la defensa la que «domina la agenda», escribe Politico.

En un artículo firmado por los analistas en relaciones internacionales Begüm Zorlu, Gülseren Onanç y Ediz Topcuoğlu, se advierte que, mientras Europa está alarmada por las «amenazas» a su soberanía territorial, aumentar los presupuestos militares frente a la reducción del gasto social es «un canje arriesgado».

Una estrategia que aleja la resiliencia social a favor del ‘poder duro’ (hard power) corre el riesgo de debilitar aquella cohesión que pretende defender, destacan los autores, que recuerdan que el autoritarismo no prospera únicamente en amenazas extranjeras; sino que surge cuando las democracias no consiguen resolver sus problemas básicos. «Una sociedad desgastada por la escasez de viviendas, la infraestructura en decadencia y la erosión de la confianza pública no puede mantenerse unida solamente por arsenales», advierten.

Una nueva estrategia

Los especialistas recuerdan que la ‘Europa social’ es una estrategia y que el bloque ha buscado durante mucho tiempo combinar la libertad económica con la justicia social. Sin embargo, ese equilibrio ahora «está en riesgo» debido al aumento de los presupuestos militares, que amenazan con «devorar» el capital político y financiero necesario para la resiliencia climática, la equidad digital, el acceso a la vivienda y la atención a la primera infancia.

«Reivindicar la visión de una ‘Europa social’ no es un sueño nostálgico, es una necesidad existencial».

«En el siglo XXI, la ‘batalla de sentimientos y opiniones’ no se someterá a los tanques, se ganará con confianza y esa confianza se construye a diario al abordar preocupaciones fundamentales», reza el artículo.

Asimismo, sugieren que si Bruselas busca recuperar la confianza, debe ofrecer «resultados tangibles» que duren más que los «titulares militares». Esto no significa abandonar la defensa militar por completo. Más bien, se trata de reconocer que Europa debe mantener sus capacidades militares para satisfacer sus necesidades inmediatas de seguridad, mientras que su inversión a largo plazo debe estar en «el tejido y la resiliencia» de sus sociedades, explican los expertos.

«La defensa a largo plazo de Europa reside en fortalecer sus fundamentos sociales; en restablecer la participación, la dignidad y la cohesión. Esto significa defender nuestras ciudades, no solamente con policía y controles fronterizos, sino con políticas que las hacen habitables», recalcan.

En esa línea, los autores resumen el debate sobre el gasto de la OTAN con la disyuntiva de si Europa «invertirá en sus miedos» o en el futuro que quiere defender.

 

Fuente