Durante las maniobras, los efectivos realizaron saltos desde una altura de más de 2.000 metros y cumplieron una serie de tareas tácticas.
Efectivos de la unidad de fuerzas especiales del Distrito Militar Central de Rusia, que firmaron recientemente contratos con el Ministerio de Defensa, practicaron acciones de sabotaje en la retaguardia de un enemigo simulado durante maniobras de entrenamiento táctico y especial, incluyendo saltos en paracaídas en uno de los polígonos de la región de Samara.
Durante el simulacro, los militares realizaron saltos desde una altura de más de 2.000 metros con modernos sistemas de paracaidismo, entre ellos el Arbalet-2, para lo cual utilizaron helicópteros Mi-8 con armas y equipo completo. Los paracaídas se abrieron en el lapso esperado, de al menos 15 segundos, y el aterrizaje se produjo en zonas delimitadas, lo que requirió una gran precisión y entrenamiento.
Además, los soldados llevaron a cabo una serie de tareas tácticas: reunión y avance en grupo, infiltración sigilosa en la retaguardia del enemigo simulado, organización de emboscadas, instalación de puestos de observación y posiciones de francotiradores. Asimismo, se ejercitaron en el uso de medios de inteligencia técnica y la transmisión operativa de la información recopilada.
En la fase de entrenamiento de fuego, los comandos realizaron disparos con armas de fuego reglamentarias: fusiles automáticos Kaláshnikov AK-12 y ametralladoras PKM. Los combatientes también practicaron tácticas de tiro con el llamado método del péndulo, que consiste en disparar desde un refugio con un movimiento constante y pendular.
Así, el ejercicio se centró en el entrenamiento de habilidades de supervivencia, la interacción en grupo y la realización de tareas en situaciones operativas complejas. En total, participaron más de 100 militares y se utilizaron más de 10 unidades de equipo militar y especial.
