Estados Unidos acelera la explotación de minerales en aguas internacionales pese a la oposición de 169 países

Pekín acusó a Washington de cometer «actos hegemónicos unilaterales» para intentar «sustituir los estándares globales por los estándares estadounidenses».

Los países miembros de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés) expresaron la semana pasada gran descontento con la orden ejecutiva firmada en abril por Donald Trump con el objetivo de «restaurar el dominio» de EE.UU. en la exploración y desarrollo de minerales del lecho marino, «tanto dentro como fuera de la jurisdicción nacional» del país norteamericano.

Según un reporte de Bloomberg, en la reunión de la ISA celebrada en Jamaica del 7 al 18 de julio, los delegados condenaron las medidas del presidente estadounidense, expresando nuevamente su rechazo a la explotación de los recursos en aguas profundas debido a sus peligros ambientales. Específicamente, el medio señala que el representante chino denunció a Washington por sus «actos hegemónicos unilaterales» e intentos de «sustituir los estándares globales por los estándares estadounidenses».

Además, ordenaron una investigación rigurosa sobre las licencias concedidas por EE.UU. que puedan violar las condiciones exigidas por el organismo, así como sobre otras empresas que pretendan pedir permisos para minar en aguas internacionales.

Pese a la oposición de la ISA, y sus 169 Estados miembros, Bloomberg resalta que Trump tomó una gran ventaja en su carrera contra China por el dominio de la extracción de minerales críticos.

Apenas unos días después de emitir la orden ejecutiva, la filial estadounidense de The Metals Company (TMC) presentó la primera solicitud del mundo para explotar el lecho marino en aguas internacionales. Posteriormente, recibió una inversión de 85 millones de dólares de una empresa coreana y registró, desde entonces, un aumento continuo en la cotización de sus acciones.

Un plan con varios obstáculos

Sin embargo, el ambicioso plan de Trump enfrenta varios obstáculos. Según destaca el medio, las tecnologías necesarias para permitir la extracción de minerales a profundidades de cuatro kilómetros podrían tardar años en implementarse a gran escala, a pesar de que TMC aseguró a sus inversores que estarían listos para comenzar el minado en un plazo de un año tras obtener la licencia.

Otros factores incluyen el desconocimiento de su competitividad con la minería terrestre y de la viabilidad económica de su procesamiento y refinación, en un contexto de fluctuaciones en los precios de los metales nodulizados.

 

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