Budapest, 17 jul. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, acusó hoy a nacionalistas ucranianos de incendiar una iglesia en Transcarpacia y amenazar a la minoría magiar, prometiendo protección para sus connacionales.
Según su publicación en Facebook, desconocidos quemaron el templo y grabaron consignas como «Húngaros al cuchillo», en un contexto de reclutamiento forzoso y violencia contra esa comunidad.
Orbán no precisó la localidad del ataque, pero adjuntó una imagen del edificio en llamas con la inscripción intimidatoria.
Hungría exigió a la Unión Europea sancionar a tres comandantes ucranianos por la muerte de un ciudadano húngaro durante un reclutamiento forzado en junio, según autoridades de Budapest.
József Sebestyén, de 45 años, falleció el seis de julio por heridas tras ser detenido y golpeado en un centro de movilización en el poblado de Berehove, según familiares.
El Ministerio de Exteriores húngaro convocó al embajador de Ucrania, Fedor Shandor, quien rechazó las acusaciones. Kiev atribuyó el deceso a una tromboembolia pulmonar, sin señales de violencia externa, según el Ejército ucraniano.
Analistas consideran que el caso agrava las tensiones bilaterales, ya deterioradas por las políticas lingüísticas y educativas de Ucrania hacia minorías.
Hungría insiste en que Bruselas condicione fondos a Kiev por el respeto a los derechos de las comunidades étnicas.
