El secretario de Defensa de EE.UU. ordenó el retiro de 2.000 efectivos militares adscritos a la Guardia Nacional, que habían sido movilizados a Los Ángeles para contener las protestas contra la política migratoria de la Casa Blanca que tuvieron lugar el mes pasado, informó este martes el portavoz del Pentágono, Sean Parnell.
«Gracias a nuestras tropas que respondieron al llamado, la anarquía en Los Ángeles está disminuyendo», argumentó Parnell en un comunicado citado por NBC. Esta postura fue criticada por el gobernador californiano, Gavin Newsom, quien en su día tachó el despliegue de tropas en la urbe como un «ataque» contra la democracia, propio de «regímenes autoritarios».
Tras los señalamientos de Newsom, el fiscal general del estado, Rob Bonta, calificó de «ilegal» el envío de soldados federales a California, al considerar que socavaba la autoridad del gobernador. Empero, un tribunal le otorgó al presidente Donald Trump el control de la Guardia Nacional en Los Ángeles.
