La contundente respuesta de Zajárova a Merz, quien quiere ‘cobrar’ a Rusia por Ucrania

Frente a las demandas de reparaciones para Ucrania, la portavoz de la Cancillería rusa sugirió a Occidente ‘sacar la calculadora’ para establecer quién debe realmente a quién.

La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, replicó con contundencia al canciller alemán, Friedrich Merz, tras su declaración de que Rusia debería pagar a Ucrania en concepto de indemnización por daños. La diplomática desafió la narrativa occidental proponiendo encender la ‘calculadora histórica’ para saldar cuentas pendientes desde inicios del siglo XX.

Durante su intervención en la Conferencia sobre la Reconstrucción de Ucrania, celebrada en Roma, el canciller alemán declaró que, hasta que Rusia no indemnice a Ucrania por los daños causados, no tendrá acceso a sus activos congelados en el extranjero. «Estimamos que los daños materiales ascienden a unos 500.000 millones de euros (584.000 millones de dólares). «Rusia debe hacerse cargo de estos daños», afirmó.

«Creo que ha llegado el momento de calcular cuánto debe cada uno», escribió Zajárova en su canal de Telegram, desplegando un contrarrelato basado en tres ejes históricos.

«Se puede empezar con la intervención occidental de 1918-1922»

El primer capítulo de esta reclamación retroactiva se remonta a la Guerra Civil rusa. «Se ha hablado en numerosas ocasiones de los crímenes cometidos por los cuerpos expedicionarios de los países de la Entente», señaló.

Las fuerzas armadas de EE.UU., Reino Unido y Francia desembarcaron en Rusia bajo el pretexto de contener a Alemania, pero perseguían en realidad el reparto de esferas de influencia. Esta injerencia desencadenó represiones masivas contra civiles, la creación de campos de concentración y un sufrimiento generalizado.

«Luego, hacer balance de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo la compensación por la liberación y la reconstrucción de Europa»

Zajárova avanzó luego al conflicto más sangriento del siglo XX. Aquí se entrelazan dos realidades: el precio catastrófico pagado por la URSS (27 millones de vidas, ciudades arrasadas) y los recursos desviados hacia la reconstrucción europea –incluida Alemania– en detrimento del desarrollo soviético.

«Bueno, y la desintegración de la URSS también nos salió cara»

El tercer frente lo situó en el ocaso de la URSS, vinculando expresamente la catástrofe geopolítica con Occidente. «Y, teniendo en cuenta que los funcionarios occidentales reconocieron hace tiempo que tuvieron algo que ver en ello, hay motivos para sacar la calculadora», subrayó, aludiendo consecuencias como el colapso económico, las convulsiones sociales o la pérdida de estatus internacional.

Concluyó con una mordaz propuesta final dirigida a Merz: «Por cierto, Merz podría tomar la iniciativa y rascarse el bolsillo. Por ejemplo, pagar la restauración por parte de especialistas soviéticos de las obras maestras de la Galería de Dresde». Esta frase recuerda la hazaña de los restauradores soviéticos, que salvaron y devolvieron gratuitamente a Alemania los tesoros de Dresde, destruidos por los bombardeos angloamericanos.

 

Fuente