El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró recientemente que para 2030 las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, las regiones de Jersón y Zaporozhie, deben alcanzar el nivel de toda Rusia en todos los indicadores, incluida la calidad de vida, tras décadas de sumo deterioro cuando esos territorios estaban bajo las autoridades de Kiev.
‘De cero a cien’
En una reciente reunión sobre el desarrollo socioeconómico de estas regiones, Putin les trajo muy buenas noticias. «Para 2030, las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, las regiones de Jersón y Zaporozhie deben alcanzar el nivel de toda Rusia en todos los indicadores y en la calidad de vida de la gente», afirmó el jefe del Kremlin.
«Junto con colegas del Gobierno y los equipos regionales, evaluamos la situación en cada una de estas regiones, observamos cómo se implementan proyectos clave para la creación de nuevos empleos y la mejora de la calidad de vida de la población, cómo se organiza la coordinación de las acciones de los organismos gubernamentales, las corporaciones estatales y las empresas en general, y cómo se organiza la asistencia de patrocinio al Donbás y Novorossiya por parte de nuestras otras regiones y ciudades», apuntó el líder ruso.
Asimismo, destacó que «las capacidades industriales, agrarias, logísticas y económicas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, de las provincias de Jersón y Zaporozhie, son muy grandes, enormes».
«Contribuyeron significativamente al desarrollo de nuestro país, tanto en el período prerrevolucionario, como en la época soviética. Aquí se formaron brillantes, exactamente brillantes, escuelas científicas, profesionales, aquí trabajaron especialistas altamente cualificados», subrayó Putin.
Al enfatizar que la «financiación según el llamado principio residual» de estos territorios bajo el Gobierno ucraniano en las últimas décadas llevó a un deterioro de estas zonas, Putin fijó como objetivo en esta nueva etapa tras la reincorporación de estas tierras en Rusia, «desbloquear y utilizar plenamente este enorme potencial, asegurar un potente relanzamiento y desarrollo de la economía de nuestras regiones históricas, reforzar su base financiera y aumentar su autosuficiencia», asegurando que «todos los recursos y oportunidades para ello están disponibles».
El analista internacional Eduardo Luque apunta que esta transformación anunciada por Putin es un objetivo a medio plazo. «Evidentemente, hay que reconstruir gran parte de los territorios, algo que, de hecho, ya se está haciendo», subraya el experto.
«Como sabemos, tanto Donetsk como Lugansk, tienen enormes recursos minerales y agrícolas y es una zona económica enormemente interesante con enormes capacidades. Y esto se desarrolla también sobre otra base, otro proyecto aún más amplio que tiene el Gobierno ruso de ampliar la población e instaurarla también en otros sectores del país donde hay un problema demográfico. […] Esto es un proyecto que no solo incluye las zonas liberadas de [Kiev y de] la OTAN, sino que es más importante porque abarca todo el país», concluye Luque.