El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó recientemente que las declaraciones de los países occidentales sobre la supuesta agresividad de Rusia son completamente infundadas, enfatizando en este sentido que es precisamente Occidente quien se comporta de manera agresiva.
Occidente guerrerista
Putin declaró que Moscú considera absolutamente infundada la postura de Occidente sobre la supuesta agresividad de Rusia. Lo manifestó al comentar los planes de rearme de los países occidentales, que arguyen como motivo una supuesta amenaza por parte de Rusia.
“No somos nosotros los agresivos, sino que el llamado Occidente colectivo lo es», dijo, en el contexto del rearme europeo, y de la promesa rota de la no expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas.
En este escenario, Putin aludió a los acontecimientos de 2014 en Ucrania. Recordó que, al principio, los representantes occidentales “vinieron, firmaron garantías entre el presidente, el poder presidencial y la oposición, y luego, unos días después, dieron un golpe de Estado, lo apoyaron”. “Lo pagaron y lo admitieron públicamente. Y luego empezaron a hablar de la agresividad de Rusia. ¿Qué es esto? ¿Son idiotas o es que nos toman por tontos a nosotros?”, expresó el mandatario ruso.
Como consecuencia, autoridades ucranianas de entonces, con el apoyo de Occidente, empezaron “la guerra sangrienta de ocho años contra la población civil de Donbás”, recordó Putin.
“Nosotros intentamos negociar durante ocho años para resolver este problema pacíficamente. Pero nos engañaron y, otra vez, lo reconocieron públicamente. Tanto la excanciller de Alemania [Angela Merkel] como el expresidente de Francia [François Hollande] declararon públicamente que nunca habían pensado en implementar los Acuerdos de Minsk, sino que los firmaron solo para bombear armas al régimen ucraniano”, denunció.
“No solamente hubo de parte de Rusia notables advertencias de que se estaba poniendo en riesgo su seguridad, sino que además Rusia, de buena voluntad, y garantizado por Alemania y por Francia, llegó a dos acuerdos con Ucrania y con el Gobierno ucraniano que había dado el golpe de Estado del Maidán, es decir, [Petró] Poroshenko, por un lado, y [Volodímir] Zelenski por el otro. Con esos mismos actores hubo un Minsk I y un Minsk II, donde además Rusia, en esos acuerdos de paz y seguridad, se dejó mucho de sí y demostró que tenía un deseo real de paz. Luego, tanto Hollande, como la señora Merkel, y Poroshenko obviamente, dijeron que todo esto eran acuerdos que se hicieron para ganar tiempo y que no había ninguna voluntad de cumplirlos”, apunta el analista internacional Manuel Monereo.
“Y estaban librando esta guerra no declarada durante ocho años», mientras que Rusia, con el objetivo de finalizarla, “se vio obligada finalmente a usar las Fuerzas Armadas, tras reconocer la independencia de ambas repúblicas [de Donetsk y Lugansk] en estricta conformidad con la Carta de la ONU”, resaltó Putin.
Y, precisamente, desde este momento, en febrero de 2022, Occidente empezó a cuestionar por qué y cómo ocurrió, “como si fueran bebés recién nacidos”. “Esto no puede seguir así. Este juego unilateral de Occidente ha acabado”, sentenció el jefe del Kremlin.
“En marzo de 2022, un mes después del inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, se alcanzó un acuerdo en Estambul que fue boicoteado e impedido por Gran Bretaña fundamentalmente, y por EEUU, con la complicidad de Zelenski. Es decir, que se dieron pruebas de que había una voluntad de impedir un conflicto armado”, por parte de Rusia, subraya Monereo.