Moscú, 4 jul. Los sistemas de la defensa antiaérea operativos interceptaron y derribaron en la última jornada 48 drones de ataque ucranianos en cinco regiones del suroeste del país, comunicó hoy el Ministerio de Defensa de Rusia.
Según el parte del ente castrense publicado este viernes en su canal oficial de Telegram, 26 de los vehículos aéreos no tripulados de ataque fueron derribados en la región de Rostov; 12, en la de Kursk; seis, en la de Bélgorod; tres, en la de Oriol; y uno, en la de Lípetsk.
Entretanto el gobernador en funciones de la región de Rostov, Yuri Sliusar, informó que en la aldea de Dolotinka, en el distrito de Millerovsky, un edificio de dos plantas y ocho apartamentos resultó dañado por el impacto de un dron.
El alto cargo agregó que una losa del piso se derrumbó, lo que provocó la muerte de una jubilada, ex profesora, y que 20 residentes fueron evacuados de la casa destruida.
Sliusar añadió que en Azov, la explosión del dron dañó las ventanas de un edificio de apartamentos y que no hubo heridos, pero se ordenó la evacuación del inmueble en el que habitan 120 personas.
Los restos de otro dron cayeron sobre el estadio Lakomov. El lugar del accidente ha sido acordonado, declaró.
Mientras, la Agencia Rusa de Transporte Aéreo, Rosaviatsia, informó nuevamente sobre restricciones temporales de vuelo en el Aeropuerto Gagarin de la ciudad de Saratov, para garantizar la seguridad de los vuelos de aeronaves civiles.
Desde el inicio de la operación militar especial el 24 de febrero de 2024, los ataques con drones lanzados desde Ucrania contra objetivos militares y civiles en la retaguardia rusa se han convertido desde entonces en una práctica habitual.
Los territorios rusos limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, así como la península de Crimea, denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera, que obligan a la población a buscar refugio en otros lugares.
Durante los últimos meses, Ucrania centró sus ataques con drones en refinerías, depósitos de combustible y otras instalaciones de la industria petrolera de Rusia, principalmente en las provincias fronterizas, pero también en zonas más remotas como Nizhni Nóvgorod, Baskortostán o Tatarstán.