Poseedoras de la segunda y tercera mayor reserva de oro del mundo después de EE.UU., las dos naciones dependen en gran medida de la Reserva Federal de Nueva York.
Alemania e Italia están considerando repatriar sus reservas de oro en Estados Unidos debido a las crecientes tensiones geopolíticas y las reiteradas críticas del presidente Donald Trump a la Reserva Federal estadounidense, informa Financial Times.
Las erráticas políticas de Trump y la creciente inestabilidad geopolítica han incrementado el debate sobre este tema en diferentes partes de la Unión Europea. Según el exeurodiputado Fabio de Masi, existen «sólidos argumentos» para trasladar el oro desde EE.UU. a Europa «en tiempos turbulentos«.
En este contexto, la Asociación de Contribuyentes de Europa (TAE, por sus siglas en inglés) ha enviado cartas instando a los ministros de Finanzas y a los representantes de los bancos centrales de Alemania e Italia a reconsiderar su dependencia de la Reserva Federal como custodio de su metal preciado.
«Estamos muy preocupados por la posibilidad de que Trump manipule la independencia del Banco de la Reserva Federal«, afirmó Michael Jäger, presidente de TAE. «Nuestra recomendación es traer el oro [alemán e italiano] a casa para garantizar que los bancos centrales europeos tengan control ilimitado sobre él en cualquier momento», explicó.
Interés nacional y relaciones comerciales
En Alemania, el tema está atrayendo el apoyo de ambos extremos del ámbito político. Algunos políticos consideran que el Banco Central alemán «no debe tomar atajos» cuando se trata de salvaguardar las reservas de oro del país.
En el caso de Italia, en 2019, el partido de la primera ministra Giorgia Meloni, entonces en la oposición, presionó por la repatriación de las reservas de oro del país. Sin embargo, desde su llegada al poder a finales del 2022 se ha abstenido de tocar el tema, buscando mantener una buena relación con el mandatario estadounidense y a la vez evitar consecuencias mayores de la guerra comercial.
Cabe destacar que Alemania e Italia poseen la segunda y tercera mayor reserva de oro del mundo después de EE.UU., y ambos países dependen en gran medida de la Reserva Federal de Nueva York, en donde cada uno almacena más de un tercio de sus lingotes. En conjunto, el oro almacenado tiene un valor de mercado de 245.000 millones de dólares.