El ataque israelí del viernes fue de gran alcance, sorprendió completamente al liderazgo iraní e impactó varias ciudades del país.
Irán no esperaba un ataque israelí antes de la ronda de negociaciones nucleares con Estados Unidos prevista para el 15 de junio en Omán, reveló The New York Times.
Según el diario, altos funcionarios iraníes señalaron que los líderes del país habían estado planificando una ofensiva en caso de que fracasaran las conversaciones, pero desestimaron los informes que advertían de una inminente operación militar por parte de Israel.
Esa percepción llevó a una peligrosa complacencia que hizo que los altos mandos no tomaran medidas de seguridad básicas y muchos de ellos permanecieran en sus residencias en lugar de trasladarse a casas seguras.
Acciones encubiertas
El ataque israelí del viernes fue de gran alcance y sorprendió completamente al liderazgo iraní, impactando más de 15 ciudades del país y eliminando infraestructura clave como radares, defensas aéreas y depósitos de misiles.
La muerte del general Amir Ali Hajizadeh y de otros altos comandantes en una base militar de Teherán durante una reunión de emergencia, que ignoró directivas de dispersión, subraya el nivel de desconcierto. Mensajes internos filtrados mostraron la frustración dentro del aparato estatal, cuestionando cómo Israel pudo actuar con tanta libertad dentro del país.
Las autoridades iraníes atribuyen la magnitud del daño no solo al poder militar israelí, sino también a su infiltración dentro de los sistemas de seguridad de la República Islámica. Según fuentes iraníes, la operación combinó ataques aéreos con acciones encubiertas, y utilizó componentes de misiles y drones que fueron ingresados clandestinamente.