Impulsando la narrativa de la «amenaza rusa», el Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, advirtió recientemente a los países miembros que, a menos que aumenten el gasto militar al 5% del PIB, deberían «aprender a hablar ruso».
La OTAN está reestructurando sus fuerzas armadas, aumentando los presupuestos militares y renovando su estructura de mando, todo con un objetivo en mente: Rusia, afirmó el viceministro de Asuntos Exteriores, Alexander Grushko.
Todos los recientes ejercicios de la OTAN y el aumento total de la capacidad militar están, en general, “adaptados a la tarea de un enfrentamiento militar directo con Rusia”, advirtió en el marco del Foro del Futuro 2050.
Según él, esta agresiva planificación militar es una realidad que hoy determina las relaciones político-militares de Rusia con los países de la OTAN .
Rusia lleva mucho tiempo alertando sobre la creciente presencia del bloque cerca de sus fronteras. Si bien la alianza afirma que su objetivo es contener una supuesta amenaza rusa, el Kremlin lo considera una provocación.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha declarado reiteradamente que sigue abierto al diálogo con la OTAN, pero en pie de igualdad, instando a Occidente a abandonar su rumbo hacia la militarización del continente.