La crisis de la principal refinería de Ecuador pone en jaque el modelo petrolero nacional

La crisis de la principal refinería de Ecuador pone en jaque el modelo petrolero nacional.

Los meses de abril y mayo fueron letales para la refinería de Esmeraldas, administrada por la petrolera estatal Petroecuador y ubicada en las afueras de la ciudad de Esmeraldas, en el norte del país. Un sismo de 6,1 grados registrado el 25 de abril provocó destrozos en las instalaciones y obligó al Gobierno a suspender su actividad.

La planta volvió a operar progresivamente en mayo, pero el 26 de ese mes, cuando se acercaba a una reactivación completa, un incendio en un tanque de fuel oil volvió a provocar la paralización total de la refinería.

«La paralización va a afectar gravemente el abastecimiento interno. El cierre de Esmeraldas obliga a importar más derivados terminados, lo que incrementa el gasto público, encarece los subsidios y deteriora la balanza comercial energética», advirtió en diálogo con Sputnik el analista económico ecuatoriano Pablo Iturralde.

🪙 El analista consideró que la necesidad de comprar más combustible tendrá un «impacto fiscal» sobre las cuentas públicas ecuatorianas y colocará «mayor presión sobre los recursos» de un Estado que ya mantiene un histórico sistema de subsidios sobre los combustibles.

«El Gobierno dice que no habrá incremento de los precios de los combustibles, pero estoy seguro de que, en la medida en que esto va a generar mayor gasto y recesión, es muy probable que se considere un nuevo aumento de precios de los combustibles y una disminución de esos subsidios», consideró.

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