Como una «ridiculez […] grande, proveniente de un Gobierno arrastrado y sobón de los gringos», calificó el canciller venezolano Yván Gil el alerta de viaje que publicara Ecuador para disuadir a sus ciudadanos de pisar territorio venezolano, en razón de un supuesto «grave riesgo» de ser víctimas «de detenciones arbitrarias y la falta de garantías para el debido proceso y el derecho a la defensa».
Previamente, el Departamento de Estado de EE.UU. emitió una resolución similar, que fue respondida desde Caracas con una medida recíproca. En un comunicado suscrito por Gil, se desaconsejó a los venezolanos «cualquier desplazamiento hacia EE.UU.» y se instó a aquellos que habitan en el país norteamericano a que consideren abandonar ese territorio, porque allí «son víctimas de un sistemático patrón de violaciones a sus derechos humanos, siendo detenidos arbitrariamente, separados de sus familias y trasladados a campos de concentración en terceros países».