«Nada de esto es cierto. Así que todos deben calmarse», afirmó el mandatario francés.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, rechazó este lunes la interpretación que se la ha dado en redes sociales a videos suyos que han terminado en rumores de consumo de drogas, críticas a su autoridad y sospechas de violencia doméstica.
Se trata específicamente de tres videos. El primero generó rumores de que él, el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, y el canciller alemán, Friedrich Merz, trataban de ocultar que habían consumido cocaína. El segundo, lo protagoniza con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en un bizarro saludo, mientras que en el más reciente parece que su esposa, Brigitte Macron, le da una bofetada.
«Hay quienes han visto videos y creen que compartí una bolsa de cocaína, que tuve un mano a mano con el presidente turco y que ahora tengo una disputa doméstica con mi esposa. Nada de esto es cierto. […] Así que todos deben calmarse«, declaró el mandatario durante su visita a Vietnam.
«Todo esto es una tontería. […] En estos tres videos, tomé un pañuelo, le di la mano a alguien y simplemente bromeé con mi esposa, como solemos hacer, sin más ni menos», agregó.
Hace poco más de dos semanas, Macron, Starmer y Merz fueron sorprendidos por la prensa mientras viajaban en un tren a Kiev. Los mandatarios se sentaron rápidamente a la mesa y Macron retiró apresuradamente un objeto que parecía una bolsa o un papel, mientras que Starmer empezó a tapar algo con la mano.
Según teorías compartidas en redes sociales y por varios medios de comunicación, lo que Macron guardó fue una bolsa que contenía cocaína, a la vez que Starmer se encargó de esconder una cuchara.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, comentó previamente este video.
En un mensaje publicado en su Telegram, la vocera recordó que en 2022 preguntó a un embajador occidental «cómo pueden suministrar armas al inestable drogadicto Zelenski, que lleva muchos años consumiendo cocaína», asegurando que ahora ha encontrado la respuesta en este video: «Es un fenómeno normal para la UE: muchos jefes de Estado occidentales consumen».