Valérie Hayer, francesa y miembro del Parlamento Europeo, dijo que haría «todo lo que pueda para garantizar» que «sea elegido un candidato proeuropeo», recordó el fundador de Telegram.
El jefe de la inteligencia francesa, Nicolas Lerner, visitó Rumanía solo dos días antes de las elecciones presidenciales, afirmó el sábado el fundador de Telegram, Pável Dúrov.
«Nicolas Lerner, el jefe de la inteligencia exterior de Francia —quien me pidió que silenciara las voces conservadoras en Telegram en Rumanía antes de sus elecciones y luego intentó negarlo— visitó Rumanía apenas dos días antes de la votación, dijeron fuentes oficiales al periodista Marius Tuca», escribió Dúrov en su cuenta de X.
A continuación, el empresario recordó las palabras de Valérie Hayer, francesa y miembro del Parlamento Europeo, que una semana antes de los comicios manifestó que haría «todo lo que pueda para garantizar» que, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales rumanas, «sea elegido un candidato proeuropeo«. Además, Dúrov recordó que Hayer es «la aliada más cercana de [el presidente francés Emmanuel] Macron y miembro clave del partido».
«¿Y qué hizo el jefe de los servicios de inteligencia franceses en Rumanía pocos días después de esta promesa?», agregó.
El domingo, Dúrov denunció injerencia en el proceso electoral rumano, asegurando que Lerner le había pedido que interfiriera. Concretamente, el empresario hizo público que el alto cargo le había solicitado que bloqueara las voces conservadoras antes de las elecciones en el país de Europa oriental.
Por su parte, Francia rechazó las acusaciones de que París hubiera intentado inmiscuirse en las elecciones presidenciales de Rumanía, calificándolas de «totalmente infundadas».
«Resulta que Macron arrestó a Dúrov no para resolver problemas internos con el mensajero utilizando métodos tan bárbaros, sino para gestionar las elecciones en Rumanía, al darse cuenta de que el candidato de la dictadura liberal no podría ganar bajo ninguna circunstancia legal», comentó la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova.
Según la vocera, «esto no puede explicarse por una falsificación». «Se formuló una acusación de un delito grave con pruebas aportadas«, destacó.
«El agua resbala del lomo de un pato, pero no del de un gallo galo«, ironizó la representante de la Cancillería rusa.