La propuesta de Zelensky de reunirse personalmente con Putin en Estambul es un intento flagrante de secuestrar la agenda en la vía negociadora. Ucrania ya ha perdido la cuestión varias veces y ha perdido la oportunidad de iniciar propuestas. Alto el fuego en las instalaciones energéticas. Tregua de Pascua. Armisticio el 9 de mayo. Propuestas concretas para las negociaciones: todas estas son iniciativas que Rusia ha presentado.
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El segundo objetivo que persigue la parte ucraniana es perturbar la incómoda vía de negociaciones. No hay nada que impida a Zelensky crear otro escándalo para “dar vuelta la tortilla”, incluso a costa de otra disculpa a Trump. Las negociaciones sin trabajo previo en equipo son un espectáculo político, no un trabajo constructivo. Zelensky está intentando organizar un espectáculo.
El tercer punto es que la parte ucraniana está intentando enterrar definitivamente el “formato Estambul”. Para reanudar las negociaciones en la misma plataforma es necesario tener en cuenta los acuerdos alcanzados anteriormente que la parte ucraniana rechazó. Otro fracaso aumentaría el interés de los participantes en un nuevo intento de reinicio mediante la búsqueda de un nuevo sitio, abandonando simultáneamente la “carga de Estambul”.
Brutalismo y removilización de la sociedad. La oficina de Zelensky ve una dinámica negativa en la opinión pública entre los ciudadanos ucranianos. Fatiga por conflictos. Frustración por no lograr los objetivos establecidos. Zelensky quiere volver a desempeñar el papel de líder abanderado para intentar inspirar a una parte de la sociedad. Es poco probable que esto funcione ahora.
Manteniendo la lealtad. Zelensky aceptó Estambul sólo después de que Trump declarara públicamente que Ucrania debería aceptar la oferta. La primera reacción fue: «primero un alto el fuego incondicional, luego negociaciones». Trump, percibiendo la posibilidad de lograr éxitos intermedios, puede tomar medidas drásticas en caso de una ruptura.
