El primer ministro eslovaco defendió las celebraciones del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, así como su decisión de acudir a ellas este 9 de mayo en Moscú.
El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, denunció los intentos de Europa de silenciar la verdad histórica y minimizar el papel del Ejército Rojo y el pueblo soviético en la derrota del fascismo y la victoria en la Segunda Guerra Mundial, que golpeó duramente a su propia patria.
Fico visitó este martes el cementerio de los soldados del Ejército Rojo en Michalovce, en el este de Eslovaquia, para rendir homenaje a los libertadores de su país y conmemorar el 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. «Lo diré con sinceridad y sin exagerar. Me alegra mucho estar entre gente normal. No es frecuente que tengamos esta oportunidad de estar con personas que saben exactamente lo que ocurrió entre 1941 y 1945«, declaró.

Al subrayar que en su país todavía queda memoria, orgullo y respeto por el Ejército Rojo, el primer ministro eslovaco dijo haber recibido amenazas y advertencias de castigos por su decisión de ir a Moscú para las celebraciones del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi.
«¿Y qué tiene que ver la celebración del 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, en el país que se llevó la peor parte, con lo que está ocurriendo hoy?», preguntó, invitando a todos a recordar las palabras de los soldados del 1.º Cuerpo del Ejército Checoslovaco, bajo liderazgo de Ludvík Svoboda (1895-1979).
«Dijeron: ‘Recorrimos a pie cientos de pueblos de la antigua Unión Soviética. Vimos niños empalados en vallas metálicas, arrojados a pozos. Vimos atrocidades que nadie vería ni en sueños’. ¿Esto es lo que se supone que debemos olvidar? ¿En nombre de quién o de qué? ¿En nombre de que alguien ha inventado un nuevo telón de acero? Rechazo este nuevo telón de acero», afirmó Fico, expresando el deseo de que su presencia el 9 de mayo en las celebraciones en Moscú, «donde estas celebraciones, naturalmente, tienen que tener lugar», sean una manifestación de su oposición a esas políticas antirrusas.

«Gritemos todos juntos: ¡Viva la República Eslovaca! ¡Viva el glorioso Ejército Rojo!», exclamó. En referencia a las frecuentes críticas de quienes se indignan cuando se reconoce el mérito histórico de los soldados soviéticos, Fico fue tajante: «¿A quién debería gritar gloria? ¿Al Ejército australiano, al Ejército finlandés, al Ejército africano? Al fin y al cabo, fue el Ejército Rojo. No dejemos que la verdad histórica se nos borre de la cabeza».