Los soldados estadounidenses estarán en una zona militar de Texas, estado fronterizo con México, con el fin de arrestar a las personas indocumentadas que quieran ingresar al país.
El lugar elegido por las Fuerzas Armadas se llama Área de Defensa Nacional de El Paso, y ahora es parte de Fort Bliss del Ejército, de acuerdo con un comunicado del Comando Norte estadounidense.
«Esta es la segunda área en la que los miembros del servicio de la Fuerza de Tarea Conjunta Frontera Sur, que ya están detectando y monitoreando a través de posiciones estacionarias y patrullas móviles cercanas, ahora pueden detener temporalmente a los [migrantes] hasta que sean transferidos a una entidad de aplicación de la ley apropiada», señaló en el texto el general Gregory Guillot, mando de este grupo.
La medida del Ejército de EEUU no es algo nuevo. Desde el arribo de Donald Trump a la Casa Blanca, en enero de este año, prometió una férrea campaña contra las personas migrantes irregulares.
De acuerdo con información del Gobierno de México, EEUU ha deportado 33.311 connacionales desde que el republicano inició su segundo mandato.
La presidenta Claudia Sheinbaum destacó que casi 5.500 extranjeros han llegado al territorio nacional tras su expulsión desde EEUU, por lo que en total se han recibido a 38.757 personas.
La política migratoria de Trump ha sido controversial, debido a las diversas trabas y ajustes contra las personas que, por diversas causas, abandonan sus naciones de origen y viajan a lo largo del continente americano para llegar a EEUU.
Por ejemplo, el 8 de abril, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) canceló los permisos migratorios de cerca de un millón de personas que ingresaron al país norteamericano a través de la aplicación CPB One.
Hace algunas semanas, el general Guillot indicó que la presencia de elementos del Ejército en la frontera que comparten con México, principal entrada de migrantes irregulares a la nación norteamericana, estará vigente, por lo menos, dos años más.