Kim Jong-un señaló que el heroísmo de los militares que contribuyeron a la liberación de la provincia rusa «brillará en la elevada plataforma del honor generación tras generación».
El líder de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong-un, ha prometido erigir en la capital del país, Pionyang, un monumento a los soldados norcoreanos que participaron en la liberación de la provincia rusa de Kursk, informa KCNA.
«En alabanza al heroísmo y la valentía de los orgullosos hijos de la República Popular Democrática de Corea, pronto se erigirá en nuestra capital un monumento a las hazañas de la batalla y se colocarán ante las lápidas de los soldados caídos flores de oración por su inmortalidad», dijo Kim.
«El espíritu de lucha y el heroísmo de los soldados que demostraron el gran nombre de los fuertes y la gloria de los vencedores brillarán largo tiempo en la elevada plataforma del respeto y el honor generación tras generación«, agregó. El líder norcoreano concluyó que «la patria debe legar para siempre el alma de los que lucharon para defender un gran honor y tomar importantes medidas estatales para tratar y cuidar especial y preferencialmente a las familias de los valientes soldados que participaron en la guerra».
«Desprecio por la muerte»
La abnegación de los soldados de Pionyang no ha pasado desapercibida para los medios de comunicación rusos, que informan activamente sobre su intrepidez. Según el corresponsal ruso de guerra Alexánder Kots, los soldados norcoreanos se distinguían por «su coherencia, disciplina, fatal desprecio por la muerte e inmensa resistencia».
«Es comprensible; en su mayoría son chicos jóvenes, fuertes, motivados y bien entrenados en su país natal», razonó. Por otra parte, indicó que el régimen de Kiev intentó presionarlos para que se rindieran voluntariamente, lanzando octavillas con aspecto de billetes de la RPDC con un texto que rezaba: «¡Ríndanse!». No obstante, observó Kots, «ningún soldado norcoreano violó su juramento ni sus obligaciones como aliados».