La orden establece a EE.UU. como líder mundial en la exploración y desarrollo de minerales del fondo marino, «tanto dentro como fuera de la jurisdicción nacional».
El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó este jueves una orden ejecutiva destinada para «restaurar el dominio» estadounidense en minerales y recursos críticos en alta mar.
Según un comunicado de la Casa Blanca, la legislación está dirigida al desarrollo rápido de las capacidades de la potencia estadounidense para la exploración, caracterización, recolección y procesamiento de minerales críticos de los fondos marinos. Asimismo, la orden posiciona a EE.UU. como líder mundial en la exploración y desarrollo de minerales del fondo marino, «tanto dentro como fuera de la jurisdicción nacional» así como instruye a altos funcionarios de la Administración Trump a acelerar los permisos para que las empresas extraigan minerales raros del lecho marino.
Se detalla también que el documento «refuerza las asociaciones con aliados y la industria para contrarrestar la influencia de China en el espacio de los recursos minerales de los fondos marinos». Esto se suma a la guerra comercial entre Washington y Pekín, que ha restringido la exportación de varios metales pesados de tierras raras de los que Estados Unidos depende para coches eléctricos, drones y misiles, entre otras tecnologías. A esto se suma que las tarifas de EE.UU. sobre los productos procedentes de China ascienden al 145 %, mientras que las de China a los productos estadounidenses son del 125 %.
¿Qué dice el derecho internacional?
Cabe destacar que la mayoría de las naciones costeras importantes son miembros de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (AIFM), una entidad establecida por la ONU en 1982. Su propósito es regular las actividades relacionadas con los recursos minerales en aguas internacionales, buscando proteger el medio ambiente marino de los posibles daños que estas actividades puedan ocasionar.
Cualquier país puede permitir la minería de aguas profundas en sus propias aguas territoriales y hasta 200 millas náuticas de la costa (zona económica exclusiva), y las empresas ya están haciendo cola para explotar las aguas estadounidenses, recoge Reuters.
Sin embargo, Estados Unidos nunca ha ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, y la reciente orden ejecutiva de Trump facilitaría a las compañías sus intentos para esquivar las normas del organismo internacional, tratando de obtener permisos de exploración de EE.UU., recoge Newsweek.
¿Qué busca Washington?
Previamente, se reportó que la orden está dirigida para poder acumular reservas estratégicas de nódulos polimetálicos extraídos del lecho marino del océano Pacífico, en un esfuerzo por hacerle competencia a China en minerales críticos para baterías y cadenas de suministro de tierras raras.
Estos metales, formados durante millones de años en las profundidades del mar, contienen cobalto, níquel, manganeso y cobre, entre otros minerales, son utilizados también en la producción del cableado eléctrico o municiones y podrían incorporarse a las reservas federales que actualmente almacenan petróleo y metales, marcando un giro en la estrategia de seguridad nacional de EE.UU.
Los defensores de la minería en aguas profundas sostienen que esta práctica disminuiría la dependencia de extensas explotaciones mineras terrestres, las cuales suelen generar rechazo en las comunidades locales, señala Reuters. Por otro lado, las organizaciones medioambientales solicitan la prohibición total de estas actividades, alertando sobre el riesgo de que las operaciones industriales en el fondo marino provoquen una pérdida irreversible de la biodiversidad.