la Unión Europea estudia respuestas a la guerra comercial de Trump

«Hemos pasado de la seducción a la estrategia y tomaremos decisiones para protegernos», afirmó un diplomático de la Unión Europea, citado por Politico, en referencia a la actitud del bloque frente a EE.UU.

La Unión Europea estaría estudiando la posibilidad de imponer fuertes aranceles a los productos procedentes de Estados Unidos y recortar las compras de armas al país norteamericano, como una medida para hacer frente a los altos gravámenes impuestos por el presidente de EE.UU., Donald Trump, informa Politico, que cita a más de dos docenas de funcionarios europeos no identificados.

«Ha habido un cambio de mentalidad. Hemos pasado de la seducción a la estrategia y tomaremos decisiones para protegernos», afirmó un diplomático de la UE sobre la actitud comunitaria frente a los aranceles de Trump, añadiendo que el bloque tiene que «encontrar un camino que funcione sin Washington».

Según Minna Ålander, investigadora sobre defensa y seguridad trasatlántica en el Centro de Análisis de Políticas Europeas, la Administración Trump parece pensar que Europa «es un continente moribundo y sin futuro, que no es capaz de actuar de forma independiente […] Puede que pronto descubran que es todo lo contrario«.

Detener la compra de armas de EE.UU.

Algunos aliados europeos de la OTAN estarían considerando desviar sus inversiones en defensa y prescindir de los contratos estadounidenses, reduciendo así un lucrativo acuerdo financiero del que depende el país norteamericano. Polonia, por ejemplo, que es el mayor comprador de armamento estadounidense, estaría reconsiderando esa asociación, al punto de que hay dudas en Varsovia para firmar nuevos contratos con Washington.

«La confianza en EE.UU. se ha visto gravemente afectada. No creo que hagamos más pedidos importantes a la industria armamentística estadounidense por el momento, tras analizar nuestras experiencias en cuanto a lo que está ocurriendo ahora», afirmó Pawel Kowal, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de Polonia. Es hora de que el país «diversifique» sus compras de armas, añadió.

Sin embargo, dado que Europa está fuertemente integrada a la base industrial de defensa estadounidense tras décadas de adquisiciones, encontrar alternativas europeas a esos sistemas no es algo que ocurrirá de la noche a la mañana, advierte la publicación.

Aumento de aranceles

Aunque Bruselas sigue apostando por una solución negociada a la imposición de aranceles generales de 20 % a las importaciones procedentes del bloque europeo, ya ha anunciado que implementará dos tandas de gravámenes a los productos provenientes de EE.UU., una de 10 % y otra de 25 %, en respuesta a las tarifas de 25 % impuestas por la Administración Trump al aluminio y al acero europeos.

«En este momento, Europa se está centrando en los aranceles en respuesta a los gravámenes anunciados por EE.UU. No buscamos una escalada, no queremos alimentar la confrontación, pero queremos ser muy claros», afirmó un diplomático europeo.

Además, se han llevado a cabo conversaciones para discutir si se aplica el Instrumento de Lucha contra la Coerción, que establece un procedimiento en caso de que se detecte coerción extranjera contra le UE. Esto implicaría que el bloque intensifique su respuesta no solo con el aumento de gravámenes, sino también que prescinda de la contratación pública y restrinja la protección de los derechos de propiedad intelectual.

«Ya se ha discutido a nivel de la Comisión Europea, aunque esa en realidad es la ‘opción nuclear’ […] La decisión aún no está tomada, pero en la comisión no solo se ha mencionado, sino que se discute como una posibilidad«, aseguró un funcionario europeo.

Cortar las cadenas de suministro

Algunos países europeos están estudiando asimismo la posibilidad de limitar la provisión de bienes o servicios esenciales de los que depende EE.UU., imponiendo aranceles a la exportación de maquinaria, equipos eléctricos o productos farmacéuticos elaborados en territorio europeo, lo que ejercería una presión inmediata sobre los precios de las cadenas de suministro estadounidenses.

«Europa puede disponer de algunos puntos de bloqueo para hacer frente a EE.UU.», ya que comercia con «productos que no son fácilmente sustituibles«, afirmó el economista sueco Fredrik Erixon. Y añadió que aunque esa sería la última opción, debido a lo entrelazadas que están las cadenas de suministro entre ambas potencias, «EE.UU. está en un aprieto porque quiere imponer aranceles generales, mientras que la UE tiene la posibilidad de reordenar los flujos comerciales».

Las decisiones que tome ahora la UE «podrían ser las primeras grietas en una represa que podría romperse de par en par, desatando un torrente de acciones cada vez más punitivas que, en última instancia, podrían deshacer una alianza transatlántica que ha unido a EE.UU. y Europa durante ocho décadas y remodelar el orden mundial«, advierte la publicación.

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