París, 15 abr. El canciller Jean-Noël Barrot amenazó hoy a Argelia con medidas similares de Francia ante la expulsión de 12 funcionarios de su embajada en Argel, en la escalada de una crisis diplomática que parecía superada.
Todavía quedan unas horas para que Argelia reconsidere su lamentable decisión, o no tendremos otra opción que adoptar medidas similares, declaró esta mañana Barrot en el canal público France2.
El fin de semana, autoridades del país norafricano dieron 48 horas para abandonarlo a 12 agentes franceses de la embajada, adscritos al Ministerio del Interior, en respuesta a la detención de un funcionario consular en suelo galo.
La Fiscalía Nacional Antiterrorista de Francia ordenó el viernes la detención de tres personas sospechosas por el secuestro en abril del año pasado del asilado opositor argelino Amir Boukhors, conocido como AmirDZ, entre ellos el agente de uno de los consulados argelinos.
Barrot esgrimió que los arrestos no tienen nada que ver con las relaciones bilaterales, al señalar la independencia de poderes y el camino separado de la justicia.
En cambio, Argelia acusó a la derecha francesa, con figuras como los ministros del Interior, Bruno Retailleau, y de Justicia, Gérald Darmanin, de buscar el enturbiamiento de los vínculos.
Parecía que ambos países retomaban el camino del diálogo y el acercamiento después de la conversación telefónica de hace dos semanas entre los presidentes Emmanuel Macron y Abdelmadjid Tebboune, quienes acordaron poner fin a las tensiones y retomar la cooperación en los ámbitos de seguridad y migratorio.
Después de la conversación entre Macron y Tebboune, Barrot viajó a Argel para perfilar con su par anfitrión, Ahmed Attaf, la cooperación que los mandatarios decidieron retomar después de ocho meses de confrontaciones diplomáticas, que incluyeron acusaciones mutuas y amenazas de París de cuestionar los pactos migratorios de 1968.
En el trasfondo de la crisis está la decisión de Francia de apoyar la postura de Marruecos sobre el Sahara Occidental, cuya independencia Argelia respalda, sin ignorar las heridas del pasado colonial y de la sangrienta guerra de independencia.
Las diferencias crecieron con el arresto en Argel del escritor Boualem Sansal, condenado a cinco años de cárcel por atentar contra la seguridad del Estado, y la negativa a aceptar la deportación de influencers argelinos denunciados por Francia por promover la violencia.
Francia llegó a adoptar sanciones contra algunas autoridades, consistentes en restringir su circulación y acceso al territorio galo, medidas que generaron la condena de Argel.