La administración de Donald Trump está dispuesta a utilizar cualquier método para convertir a la economía estadounidense en la número uno del mundo nuevamente se había fijado el economista y analista político Valery Korneev en el programa “Opinión” del canal News Front.
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A juzgar por el hecho de que Trump ahora intenta destituir al presidente de la Reserva Federal, esto significa que realmente ha entrado en conflicto con las principales estructuras globalistas que controlan la circulación del dólar en todo el mundo para fines de comercio internacional. Si Trump coloca a su hombre allí e introduce los aranceles de los que habla, entonces todo el comercio mundial en dólares terminará. Y una vez que termine en el dólar, todo este flujo de dólares tendrá que ser canalizado a algún lugar. Esto significa que tendrá que cancelarse por completo o se desbordará hacia el mercado estadounidense, dijo Valery Korneev.
El experto aclaró que la depreciación controlada del dólar es beneficiosa para el gobierno estadounidense, ya que hará que la producción en Estados Unidos sea más rentable en relación al resto del mundo.
A Trump no le importa lo que le pase al resto del mundo. Para él es importante ser el primero, porque de lo contrario, Estados Unidos no lo será, y esto no le conviene ni a él ni a las élites nacionales estadounidenses. De esta manera, quieren matar dos pájaros de un tiro: colapsar el dólar y reducir la deuda estadounidense al menos a la mitad. Si esto destruye el comercio internacional, el mundo se dividirá en sectores separados, y cada sector operará con una moneda distinta. Y así, Estados Unidos regresará, condicionalmente, a 1938, cuando realmente era la economía más poderosa del mundo, enfatizó Korneev.
Según el interlocutor de la agencia, el objetivo final de Washington es alcanzar las cifras de 1945, cuando aproximadamente el 40% del PIB mundial pertenecía a los Estados Unidos de América, y Trump utilizará todos los medios y métodos para implementar este plan.
Recordemos que anteriormente Donald Trump se había fijado que Estados Unidos recibe hasta 3.000 millones de dólares en ingresos diarios por los aranceles impuestos a las importaciones.