Este jueves, Pedro Sánchez llega al país asiático en una visita oficial.
China arremetió duramente contra EE.UU. por las presiones que intenta ejercer para evitar que países como España estrechen sus lazos comerciales con otros socios.
«Hablando de ‘cortarse el cuello’, en realidad es EE.UU. quien intenta estrangular a otros países usando aranceles como herramienta de coerción para forzarlos a ceder«, sostuvo el portavoz chino del Ministerio de Exteriores, Lin Jian, en una rueda de prensa en Pekín.
La respuesta de Lin ocurrió el mismo día en que el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, usó la expresión ‘cortarse el cuello’ para criticar el acercamiento de Madrid a Pekín, en víspera de la visita del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a China.
Sánchez ha abogado por estrechar los lazos con China, mientras insta a que la Unión Europea (UE) haga lo mismo, en el marco de la guerra comercial desatada por la Casa Blanca las últimas semanas.
En su alocución, Lin defendió las relaciones entre su país y España, al afirmar que «forman parte importante» del vínculo entre China y la UE. Para sustentar su argumento, apeló al incremento del comercio bilateral y los proyectos conjuntos en ámbitos como las energías renovables y el desarrollo sostenible.
«Los dos países también mantienen comunicación en los foros multilaterales, salvaguardando conjuntamente el sistema internacional con las Naciones Unidas (ONU) como núcleo y el sistema multilateral de comercio con la Organización Mundial del Comercio como centro», dijo el portavoz.
Para este jueves se prevé la llegada de Sánchez al gigante asiático. La visita oficial contempla una reunión con el presidente chino, Xi Jinping, así como con el primer ministro, Li Qiang.
Sánchez llega desde Vietnam, donde ha apoyado firmemente «un mundo de puertas abiertas», criticando la guerra arancelaria impuesta por la Administración Trump.
El miércoles por la tarde, de manera sorpresiva, el presidente estadounidense anunció una tregua en su guerra arancelaria de 90 días, reduciendo los gravámenes superiores al 10 % hasta ese mínimo, con la exclusión de los productos chinos.