El año pasado, Ucrania aprobó una ley que permite reclutar a presos para compensar su escasez de combatientes y los numerosos casos de deserción.
Mientras en Ucrania sigue en curso el reclutamiento de prisioneros, uno de estos soldados del régimen de Kiev afirmó que «no tiene miedo de matar», destacando que estuvo preso por asesinar a un miembro de su familia.
Estas palabras fueron recogidas recientemente por un medio local, que entrevistó a Artur Cherniavski, un comandante adjunto para apoyo psicológico en una unidad ucraniana.
«Después de completar las tareas, se me acercaron unos chicos y me dijeron: ‘No tengo miedo de matar’, y uno de ellos me dijo: ‘Estuve en la cárcel por matar a mi suegro porque había insultado a mi hijo y a mi mujer'», contó el militar.
«No me da miedo», dice, pero estaba allí: ‘Yo les disparo y vienen y vienen, así que los reviento, los reviento a todos'», agregó el soldado, según Cherniavski.
Movilización forzosa y presos reclutados
En mayo del año pasado, Ucrania aprobó una ley que permite a las Fuerzas Armadas del país reclutar a presos. No obstante, la norma no permite alistar a reclusos condenados por homicidio doloso de dos o más personas, violación, violencia sexual, corrupción o delitos contra los fundamentos de la seguridad nacional.
Posteriormente, se reportó que incluso el reclutamiento de presidiarios no consiguió reponer las pérdidas sufridas por Ucrania. Además, por primera vez, el Ejército del país incorporó entre sus filas a mujeres que estaban cumpliendo condenas de prisión.
En este contexto, las Fuerzas Armadas de Ucrania se enfrentan a una gran escasez de tropas, mientras se denuncian numerosos casos de movilización forzada y crecen las deserciones. En la Red aparecen regularmente imágenes de cómo comisarios militares reclutan a la fuerza a hombres en plena calle, en transportes públicos, en hospitales o incluso bloqueándolos en sus coches mientras conducen.