La portavoz de la Cancillería rusa dijo que «las élites europeas hace tiempo que dejaron de ser dueñas de su propia casa».
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, criticó enérgicamente la reacción de los países occidentales ante las explosiones de los gasoductos Nord Stream y calificó lo sucedido como un acto terrorista que atenta contra la seguridad energética y la ecología de Europa.
Al mismo tiempo, Moscú exige respuestas e insiste en la necesidad de investigar el sabotaje, que, según Zajárova, tiene repercusiones colosales para todo el sistema internacional.
Según la portavoz de la Cancillería rusa, el comportamiento de Occidente denota una «sorprendente metamorfosis». «El continente, que antes se indignaba en voz alta, bueno, por ejemplo, por la amenaza que supone para el clima el plástico desechado, […] ahora, de forma demostrativa, ignora un acto terrorista contra su propia seguridad energética y el daño medioambiental«, dijo. En este sentido, la diplomática ironizó sobre la atención que en Occidente se dio a las acciones de Greta Thunberg, lo que contrasta con el «silencio sepulcral» tras el sabotaje contra los gasoductos.
La soberanía de Europa occidental saltó por los aires
Además, hizo hincapié en la sospechosa pasividad de las organizaciones internacionales y políticos occidentales. «¿Dónde están las resoluciones conjuntas, bueno, por ejemplo, del G7? ¿Dónde están las reuniones urgentes? ¿Dónde está la condena unánime tan querida por Bruselas?», manifestó. También recordó que las explosiones en los gasoductos Nord Stream provocó emisiones de metano a gran escala, equivalente a las emisiones anuales de gases de escape de millones de coches.
La portavoz enfatizó que el sabotaje dañó no solo las infraestructuras, sino también las normas internacionales. «Porque no fueron solo tuberías las que estallaron, o las hicieron estallar, fueron los fundamentos del derecho internacional los que saltaron por los aires, los esfuerzos por apoyar y proteger el medio ambiente se vieron socavados. La soberanía de los países de Europa occidental saltó por los aires«, afirmó.
Zajárova también criticó la «monstruosa ironía» de los medios de comunicación occidentales, que prefirieron «pasar horas retransmitiendo los horrores de cualquier filtración» mientras ignoraban las verdaderas causas y consecuencias del sabotaje. «Porque los verdaderos titiriteros de este drama son los que se benefician de convertir a Europa en un eterno rehén del caro gas natural licuado. O porque reconocer el sabotaje pondrá al descubierto una verdad desagradable: las élites europeas hace tiempo que dejaron de ser dueñas de su propia casa europea», concluyó.