El juicio y acusaciones contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro parece haberle quitado centralidad en el escenario regional, pero no lo sacó del todo del juego, señalaron analistas consultados por Sputnik. Además, señalan que su caso puede pasar desapercibido para simpatizantes de otros dirigentes como Javier Milei.
Si bien el expresidente brasileño Jair Bolsonaro (2019-2023) parece estar lejos de su momento de mayor influencia internacional, el juicio en su contra abierto por golpe de Estado parece no ser el final del «bolsonarismo» y de las corrientes políticas que el brasileño representó en la región.
La decisión del Tribunal Supremo Federal (STF) de Brasil de aceptar la denuncia contra Bolsonaro por la intentona golpista ocurrida en enero de 2023 convierte al exmandatario en imputado y aumenta las posibilidades de que acabe siendo detenido, en caso de ser considerado culpable. Esto se suma a la inhabilitación política que ya pesaba contra él hasta 2030.
La posibilidad de que el exmandatario sea enviado a prisión parece cerrar un ciclo de auge de su figura que no solo lo llevó a la presidencia en las elecciones de 2018, sino que lo tuvo como una figura referencial para varios movimientos conservadores del continente, que se identificaban con su discurso de mano dura contra la delincuencia y apoyo irrestricto a los cuerpos policiales y militares.
En diálogo con Sputnik, el politólogo y analista internacional argentino Juan Negri consideró que la figura de Bolsonaro ya venía «en baja» desde antes de esta denuncia, algo que pudo comprobarse en la última convocatoria que el exmandatario hizo en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro.
«Hace unos días Bolsonaro hizo un acto y fue poca gente. Hay una pérdida de referencialidad de Bolsonaro, una pérdida de centralidad tanto en la derecha brasileña como en la derecha regional», reflexionó el analista.
También en conversación con Sputnik, el analista internacional paraguayo Mario Paz Castaing coincidió en que el expresidente brasileño «está en problemas» para continuar una carrera política, por más que «en un mundo convulsionado como el de hoy es complejo decir qué va a suceder».
«Seguramente tendrá sustituto»
De todos modos, remarcó que quedar fuera del juego electoral en Brasil no significa que su movimiento político esté descartado de la carrera, dado que «seguramente tendrá sustituto» en la oposición brasileña de cara a unas elecciones de 2026, en las que el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, y su Partido de los Trabajadores tampoco tendrán el camino fácil para mantener el poder.
Por ese motivo, Paz Castaing consideró que, incluso en el caso de que Bolsonaro termine en prisión, podría buscar una narrativa de «martirización» que tenga «un efecto favorable en los votos de la derecha o el centro en Brasil, especialmente en las grandes capitales».
«El bolsonarismo y el ‘nacional populismo’, que considero que representa a la derecha moderna en este momento, está muy vigente», sentenció el experto.
Para Paz Castaing, tanto la figura de Bolsonaro como la de sus hijos sigue teniendo un peso relativo en organizaciones como la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), organización de origen estadounidense que nuclea a dirigentes de dicha corriente de todo el mundo y que en los últimos años ha buscado reforzar su presencia en Sudamérica con encuentros en Brasil y Argentina.
¿Inmunes a los reveses?
También en diálogo con Sputnik, el analista internacional argentino Julio Burdman dio otra pista de por qué Bolsonaro puede seguir siendo importante a pesar de una imputación por golpe de Estado.
«A este tipo de dirigentes (estas acusaciones) los fortalece porque todos juegan el juego del lawfare. Desde el estadounidense Donald Trump a Bolsonaro y pasando por el argentino Javier Milei, que ya está planteando cosas parecidas», reflexionó.
En ese sentido, Burdman consideró que, lejos de aislar al expresidente brasileño, otros dirigentes que integran la CPAC «lo van a apoyar todavía más», en función a una reiterada estrategia de «dar vuelta a su favor» este tipo de acusaciones judiciales.
Negri, por su parte, agregó que dirigentes de otros países que en algún momento se apoyaron en Bolsonaro, como el chileno José Antonio Kast o el propio Milei, tampoco pagarán un costo político relevante, dado que «las agendas con las que estas figuras llegan al poder son agendas internas».
Al respecto, enfatizó que «salvo un núcleo muy duro» que siga el tema muy de cerca, la mayoría de los votantes y seguidores de estos dirigentes «no está pendiente» de las noticias relacionadas con otros líderes afines.
«Quizás sí hubiera afectado más si le hubiera pasado a Trump, pero no con Bolsonaro», apuntó, recordando que, por ejemplo, Milei no suele mencionar al exmandatario brasileño en discursos o entrevistas, como sí puede hacerlo con el actual presidente estadounidense.